Pilar Muñoz. 4 de marzo.
Muchas de las noticias que nos sorprenden y cuestionan están relacionadas con la ausencia de valores. Desde las violentas conductas de los más jóvenes, hasta la imposición del laicismo como sistema regulador de la convivencia. Las diferentes ideologías y personalidades apuntan siempre en una dirección: los valores que rigen la ética y la moral individual y colectiva están fallando. La crisis económica que nos envuelve y nos zahiere se empeña en mostrarnos una arista de la realidad: la opulencia, el poder, el individualismo, el egocentrismo….en definitiva múltiples “ismos” que nos dejan al borde del precipicio vital.
Analistas sesudos, filósofos avezados, sociólogos eruditos elucubran en el laboratorio de las soluciones la pócima idónea. Se manejan solucionarios diversos, en función de ideales políticos o paradigmas de ciencia. Apuntan propuestas de implementación educativa, ingeniería social y mediática. Todo parece fallar, algo se está desmoronando para el individuo tecnológico y satisfecho de occidente. ¿Qué podemos hacer?, ¿Cuál es el camino que hemos de tomar para reconducir esta sociedad enferma?
Estos días anteriores cayó en mis manos un estudio científico de la Universidad de Columbia, Canadá, sobre los beneficios que aportaba la enseñanza y vivencias religiosas en el comportamiento humano. Este estudio inicial, llevado a cabo por el prestigioso investigador McCullough, el cual realizó el estudio con personas que practicaban distintas religiones en todo el mundo. La investigación lingitudinal ha supuesto ocho décadas de investigación sobre autocontrol y fe religiosa.
Las conclusiones del estudio, publicadas en el Psychology Bulletin de la American Psichological Association (APA) son las siguientes:
1. Las personas religiosas son más persistentes y capaces de alcanzar objetivos a largo plazo, no sólo importantes para ellos, sino para el grupo de pertenencia.
2. Tienden a presentar tasas más bajas de abuso de sustancias.
3. Tienen mejores resultados académicos.
4. Poseen niveles más bajos de delincuencia
5. Tienen mejores hábitos de salud, menos depresión y mayor esperanza de vida.
Según McCullough (cols) y desde la evidencia de distintos campos como las ciencias sociales, la economía, la psicología y la sociolgía, las creencias religiosas y sus prácticas hacen que la gente ejerza un mayor autoccontrol y regule de manera más eficaz sus actitudes y emociones. Los científicos aseguran que la religión está positivamente relacionada con características como la amabilidad y la rectitud, ambas son sustrato básico para la convivencia y la autorregulación.
Los investigadores señalan que los rituales religiosos como la meditación o la oración afectan a partes de la corteza cerebral frontal que son las responsables de la planificación, autorregulación y autocontrol. Otros estudios sugieren que las imágenes religiosas y la lectura de libros sagrados potenciarían estas funciones de sociabilidad y adaptación al entorno.
Los estilos de vida religiosa contribuyen a mejorar la regulación del comportamiento humano porque proporcionan al individuo modelos claros de comportamiento. Estos modelos de comportamiento varían entre religiones, pero el denominador común de todas ellas es la prioridad de las relaciones sociales positivas y la armonía social frente al individualismo y el hedonismo, los cuales requieren menor autocontrol.
Por último, otro grupo de investigadores de la Universidad de Miami: Coleman y Cols, valoraron la espiritualidad en los niños y el éxito personal y académico. La investigación fue llevada a cabo en cuatro colegios públicos con una población entre 8 y 12 años, con sujetos de ambos sexos. Se les sometió a seis cuestionarios diferentes en los que se midieron estados de felicidad, espiritualidad y prácticas religiosas. Los resultados de la enseñanza religiosa en niños fueron las siguientes:
· Mejor valoración de la propia vida, con sentido pleno.
· Mejor percepción de aspectos comunitarios, con mejores relaciones interpersonales.
· La personalidad de estos niños eran más sociables y menos tímidos.
Las investigaciones avalan los beneficios de la enseñanza religiosa, y lo pueden hacer porque existe tradición y biografía curricular. Queda por ver y experimentar los resultados de poblaciones víctimas de asignaturas como Educación para la Ciudadanía o el laicismo imperante.
Cuando todos te abandonan, Dios permanece contigo.