Fernando Ballesteros. 17 de Septiembre.
Vaya por delante que para mí, esta semana, la Liga, la Premier, el Calcio, la Bundesliga, Alonso, Nadal y hasta el bombero torero, han pasado a un segundo plano. La noticia deportiva de los últimos días ha sido la revelación de Bernardino Lombao.
Resulta que el "personal trainer" (sí, entrenador personal) de José María Aznar ha declarado que el ex-presidente del Gobieno ejecuta 2.000 abdominales diarias. Sí, han leído bien. Además de presidir FAES, dar conferencias y tal, se marca esa cantidad de flexiones. Parece increíble pero puesto que no ha habido comunicado de desmentido al respecto, yo me lo trago. Si me permiten el apunte para cerrar un asunto que se puede convertir en escabroso de un momento a otro, lo cierto es que se gasta una tableta de chocolate el Señor Aznar de padre y muy señor mío. ¡Qué cuerpo tan atlético! No cabe duda de que está trabajando en ello.
Y luego está la Liga, que esta semana nos dejó a Numancia y Sporting que se permitieron el lujo de marcar tres goles fuera para terminar perdiendo en el Bernabéu y el Sánchez Pizjuán. Que me perdonen los seguidores de sorianos y gijoneses, pero ya es mala pata porque dudo muy mucho que sean capaces de ver puerta tres veces lejos de su casa en todo el año. El Numancia le hizo las dianas a Casillas.
Y aquí es donde quería llegar yo. Sí, porque resulta que el portero no atraviesa su mejor momento y se ha comido algún que otro gol evitable en este principio de temporada, lo cual, por lo menos para mí, es noticia. Sí, porque Iker es uno de los mejores del mundo en su puesto, posiblemente el mejor. Además, es un tío sencillo y parece buen chaval. Y por si fuera poco, me conquistó de forma definitiva cuando aquella tarde en Colón, agarró el micrófono y homenajeó a Luis con ese cántico con el que el Vicente Calderón rinde tributo al sabio cada quince días.
Lo que trato de decir es que no soy dudoso respecto a Casillas, pero que "al pan pan y al vino vino". Porque lo que a mí me extraña es que se pase por encima de sus errores, silencio, un silbido y la vista para otro lado que aquí no ha pasado nada. Y no señores, Iker canta como todo hijo de vecino que se pone los guantes y bajo los tres palos. Menos que los demás, claro, pero lo hace.
Falla Casillas y se secan las plumas, se cuelgas los ordenadores, los micrófonos de la radio están cerrados y fallan las antenas de televisión. Y no se trata de eso. La grandeza del portero mostoleño se resalta destacando sus mil aciertos pero también sus pocos fallos.
Y si de fallos hablamos los mejores de la historia los han tenido a lo grande y no pasaba nada, seguían siéndolo. Me acuerdo de Arconada en la final de Francia 84 y me cuentan los que peinan canas en el mejor de los casos que, Iribar, cuando la pifiaba también lo hacía de verdad. Vamos, que no pasa nada, que no haya miedo, que Casillas falla pero que "el mejor escribano echa un borrón". Pero si hasta los Beatles compusieron "Ob-La-Di, Ob-La-Da" y "Yellow submarine" y siguen siendo considerados, con permiso del jefe y su Knopfler, los mejores de la historia.
Según escribo esto, el Atleti culmina su triunfal regreso a Europa con un gran triunfo en Holanda ante el PSV. Es bonito tener a los rojiblancos de vuelta a la elite. Muchos se lo habrán perdido. Los que hayan visto las primeras páginas de los diarios deportivos esta mañana dificilmente se habrán enterado de que el Atlético volvía esta noche a Europa.
Mañana juega el Madrid, recibe al Bate Borisov. No es un rival de gran enjundia pero se espera una buena entrada en el Bernabeu. Es más, si es cierto lo que leo y escucho en otros medios, como les dé por acudir a todos los amigos y familiares de Ramón Calderón que han conseguido este año su carnet a pesar de la lista de espera, es posible que se alcance el lleno.
P.D. Aviso al gracioso que empezó con la broma de colocar a Emilio Butragueño como comentarista de los partidos de la selección en Televisión: vale, ha sido muy buena, a mi también me hizo gracia imaginarlo cuando se anunció e incluso estuvo curioso lo del primer partido pero, ¡ya está bien! que "el buitre" no se merece esto. Que alguien le quite el muñeco de papel que lleva pegado en la espalda y le explique la verdad. Seguro que lo acepta con una sonrisa. Es buen tío.