Redacción Madrid. 7 de agosto.

Más de 5.000 familias madrileñas se beneficiaron durante el primer semestre del año de los servicios prestados por los seis Centros de Apoyo a las Familias (CAF) del Ayuntamiento de la capital, siendo la prestación más demandada la de la mediación, que "reduce el tiempo y el coste emocional en los divorcios", explicó hoy el Consistorio de la capital.

   El servicio de mediación familiar atendió a 341 núcleos familiares en los seis primeros meses del año. De ellos, el 30 por ciento fueron derivados por los Juzgados de Familia de Madrid y se encontraban en procesos contenciosos por separación o divorcio. La mediación familiar se trata de un servicio municipal gratuito prestado por los seis centros de apoyo de 16.00 a 20.30 horas, de lunes a viernes, y de 10.00 a 14.00 horas, durante los siete días de la semana. Cuentan con equipos multidisciplinares formados por psicólogos, abogados y trabajadores sociales.

   La colaboración entre los Juzgados de Familia y el servicio municipal de Mediación Familiar es una "experiencia innovadora en España aunque está muy extendido en la mayoría de los países con políticas familiares", destacó el Consistorio, que recordó que la cooperación entre ambas instituciones surgió tras la firma de un convenio entre el Área de Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento y el Decanato de los Jueces de Madrid.

   El procedimiento se inicia cuando los jueces seleccionan los casos e invitan a participar en una sesión informativa a aquellas parejas que pueden beneficiarse de la mediación familiar. Los trabajadores del CAF aportan información de las ventajas de este servicio a los posibles interesados, que pueden aceptarlo o no ya que se trata de una iniciativa voluntaria.  

   El objetivo de la mediación familiar, como detalló el Ayuntamiento, es "conseguir una salida pacífica a los problemas que se generan en los procesos de separación". A través de este servicio municipal, el mediador intenta que las partes implicadas alcancen acuerdos relacionados con su nueva situación familiar para facilitar la continuidad de la relación aunque se rompa la convivencia.