Los de la Alianza de Civilizaciones, no tienen reparo alguno en hablarnos de islamofobia y racismo
Javier Garcia Isac. Es paradójico, es ruin, es impresentable ver como aquellos que durante décadas han alentado una inmigración desbocada, una inmigración no integrada y una inmigración injusta, son los mismos que ahora se rasgan las vestiduras y convocan manifestaciones contra los sucesos, contra los crímenes de Paris, prohibiendo la asistencia de aquellos que llevan ya muchos años advirtiendo de los peligros de una inmigración sin control y no integrada, podrían generar.
Es vergonzoso observar cómo todos aquellos que nos hablaban del multiculturalismo y de la Alianza de Civilizaciones, no tienen reparo alguno en hablarnos de islamofobia y racismo, cuando son ellos con su actitud los que lo han generado. No soporto las mentiras de lo políticamente correcto. Ahora resulta que el peligro no es el Islam y sus mas radicales seguidores; el peligro es la extrema derecha; es Le Pen; es el cristianismo; es occidente…somos todos nosotros. Ya está bien de engañarnos. Vuestro falso buenísimo es el origen de lo sucedido. Vuestra falsedad y vuestra mentira, son los responsables de que tengamos el enemigo en casa. Vuestra dejadez de funciones y vuestra falta de determinación a la hora de defender los valores occidentales, nos han conducido al desastre.
Vuestros argumentos son sencillos y pueriles y entrañan un gran peligro en su interior. El que no está de acuerdo con ellos, es racista y xenófobo y con eso se corta toda discusión; con eso es suficiente para deslegitimar a todos los que no piensan como vosotros.
Yo no soy Charlie HBDO. Condeno lo sucedido. Me asquean los crímenes. Me repugnan los hechos, pero no intentemos tapar una miseria con otra. La revista satírica me parecía vomitiva, pero eso no justifica el crimen. Todos aquellos que ahora condenan los asesinatos y llenan las calles de manifestaciones y lamentos, deben reflexionar. Deben ser conscientes de que no pueden quejarse de una cosa cuando luego apoyan opciones políticas que como poco, alientan lo sucedido en Paris.
Vivimos un tiempo de cristianofobia. Somos perseguidos y victimas en nuestras propias naciones. No tenemos opción de defendernos pues no es lo políticamente correcto. Nos piden que seamos mártires, que nos dejemos matar y que accedamos sin remisión, a la perdida de nuestros valores y creencias, las cuales, deben ser sustituidas por otras culturas, por otros credos, que lo primero que desean es, nuestra desaparición. Asistimos atónitos, impasibles, a nuestra destrucción y, encima se os pide, se nos exige, que seamos testigos mudos de tanta incoherencia y mentira.
Si queremos que sucesos como los de los crímenes de Paris no vuelvan a repetirse, defendamos lo nuestro; fortalezcamos nuestras creencias y rechacemos con contundencia, todo aquello que ataque y ponga en peligro nuestros valores occidentales. Abracemos con generosidad a todo aquel que aporte y enriquezca y, expulsemos sin miramientos ni reparos, a todo aquel que odie nuestro estilo y forma de vida.