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Así se desprende de una investigación presentada hoy en Madrid

Los jóvenes saben que la droga es mala pero admiten que la consumen

Redacción Madrid. 17 de diciembre.

  Los jóvenes españoles de 15 a 24 años consideran de forma mayoritaria que el consumo de drogas es arriesgado y peligroso y afirman que conocen las posibles consecuencias, pero admiten que consumen para sentirse integrados y porque consideran que es "lo normal a su edad", según muestran los resultados de la investigación 'la lectura juvenil de los riesgos de las drogas, del estereotipo a la complejidad', realizado por la Obra Social Caja Madrid, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, y que han sido presentados hoy en Madrid.

   La investigación pone de manifiesto que el señalamiento de los riesgos --a través de estrategias fundamentalmente informativas-- no es suficiente si no se tienen en cuenta otros factores. En primer lugar, este estudio revela que el 41 por ciento de los jóvenes considera el riesgo algo inherente a su edad, algo que debe afrontar y cuya superación es positiva.

   Además, el 23,6 por ciento se muestra básicamente de acuerdo en que la convivencia con los riesgos es algo necesario en su edad, pero se muestran partidarios de la reflexión y la cautela, y sólo el 29 por ciento de los jóvenes españoles es claramente opuesto a asumir riesgo y se muestran prudentes e, incluso, retraídos.

   En este sentido, los datos del estudio indicaron que los jóvenes españoles de 15 a 24 años se dividen en cuatro tipos respecto a sus posturas vitales ante el riesgo: retraídos (29%), integrados (31%), experimentados (20%) y contradictorios (20%).

   Sin embargo, esta aparente oposición formal de los jóvenes a los consumos de drogas se muestra en las encuestas realizadas individualmente, en grupo el discurso cambia. Mientras que preguntados individualmente el 89 por ciento de los jóvenes españoles opina que no compensa nada o muy poco el consumo de pastillas, el 87,1 por ciento opina lo mismo de la cocaína, el 70,8 por ciento del cannabis, el 56,9 por ciento del alcohol y el 57,1 por ciento del tabaco, a través del análisis del discurso grupal manifiestan otras motivaciones para consumir que influyen tanto o más que la percepción del riesgo.  

   En concreto, no sentirse "raros" es una de las principales motivaciones que los jóvenes mantienen para consumir. Sin embargo, no es el grupo de iguales el que presiona para consumir, sino el convencimiento de que para ser joven hay que consumir drogas. Asimismo sienten, en su mayoría, que consumir en determinadas franjas etarias (adolescencia y primera juventud) es normal y hasta necesario.

   Por otro lado, el único riesgo a corto plazo del consumo de drogas que consideran es la muerte --accidentes de tráfico o posibles sobredosis-- pero, aún siendo conscientes, consideran que es una posibilidad remota y asociada sólo a consumos muy determinados, fundamentalmente al consumo de "pastillas".

   En cuanto al riesgo a largo plazo, consideran que nunca lo sufrirán, ya que ese tipo de daños (enfermedades por consumo prolongado) sólo se producen "si existe hábito o adicción" y consideran sus consumos "experimentales", es decir, relativizan sus propios usos de las drogas.

   Según las diferentes sustancias sobre las que han sido preguntados, los jóvenes españoles consideran que la más peligrosa -la que puede acarrear consecuencias de mayor gravedades la cocaína, seguida de las "pastillas", el cannabis, el alcohol y, por último, el tabaco.

   CONSUMO DE "PORROS"

   Para los jóvenes españoles, la atribución media de riesgo para el consumo de dos o tres "porros" todos o casi todos los días alcanza un 7,44 en una escala del 1 al 10. Un 56,6 por ciento de los jóvenes atribuye mucho riesgo a este comportamiento mientras que un 6,6 por ciento le adjudica poco o ningún riesgo, y el 36,8 por ciento atribuye a este consumo niveles medios de riesgo.

   Respecto a las ventajas que se perciben de forma mayoritaria, son aquéllas que permiten mejorar las experiencias en el tiempo de ocio y en las situaciones relacionales de los jóvenes son "divertirse más" (16.7%) y "desinhibir; aumentar la espontaneidad" (14.9%), las consecuencias más esperadas del consumo.

   Respecto al policonsumo de sustancias durante el fin de semana, los jóvenes lo califican de riesgo grave (con una media de 8,73 en una escala de 1 a 10). Más de un 81 por ciento otorga una puntuación que va del 8 al 10 y sólo un 1,5 por ciento estima que no se corren riesgos con tales consumos. Sin embargo, existe un significativo 16,9 por ciento de personas que si sitúa en valores medios, entre 4 y 7 puntos de riesgo.

 

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