Los límites de Europa
Lluis Esquena Romaguera. Salvo sorpresa, durante meses vamos a tener un Gobierno en funciones que no puede tomar iniciativas políticas para reducir el gasto y el desempleo. Bruselas debe ser comprensiva como lo ha sido hasta ahora. Es inconveniente que pida un ajuste drástico.
Pero sí reclamará, al nuevo Gobierno, esfuerzos para aminorar el gasto público. 2015 fue un año electoral en el que el PP bajó impuestos y relajó las políticas de austeridad. Lo más probable es que tarde o temprano se imponga un cambio de rumbo. Por eso no es conveniente que en las próximas semanas se hagan promesas populistas que no se van a poder cumplir.
No hay margen para bajar impuestos, no hay margen para incrementar en este momento el gasto público. Para lo que sí hay margen es para una reordenación de ese gasto. Todavía hay mucho que hacer en la racionalización de la Administración, en primar lo social sobre lo burocrático o sobre lo partidista.