Los líderes del G-8 y las recomendaciones de Benedicto XVI
Jesús Domingo Martínez. Benedicto XVI pidió a los líderes políticos del G-8, antes de su reunió en Roma, una reforma de la economía mundial que evite la especulación crediticia y que se tenga en cuenta y escuche también la voz de África y de los países menos desarrollados económicamente, porque “la legitimación ética de sus compromisos políticos exige que se confronten con el pensamiento y las necesidades de toda la Comunidad Internacional”.
El Papa se dirigió a los participantes del G8 para recordarles que “la medida de la eficacia técnica de los procedimientos que hay que adoptar para salir de la crisis coincide precisamente con la medida de su valencia ética”. El Pontífice se refirió a la efectiva creación de empleo para todos, de trabajos que consientan a las familias vivir de forma digna, dar cabida a la responsabilidad que tienen de educar a sus hijos y ser protagonistas en las comunidades de las que forman parte.
¿Lo tuvieron en cuenta? A tenor de los resultados podemos afirmar que no.