Legionarios de Melilla han dicho “Basta”, nos informa Alerta digital. Denuncian que se lleve a cabo la exposición organizada por el Gobierno autónomo de Melilla (PP), donde el artista almeriense Andrés García Ibáñez denigra al Cristo de la Buena Muerte, el Cristo de los tercios españoles.
La responsable de la exposición es la consejera de Cultura de la Ciudad Autónoma, Simi Chocrón, de obediencia judía, quien recientemente se vio envuelta en otro escándalo relacionado con la edición de unos libros sobre el Judaísmo en Melilla.
El diario Norteafrica.com informa que alrededor de 14 militares pertenecientes a La Legión se reunieron hace unos días con un representante de este medio para “expresar el sentir de todos los legionarios” frente a la exposición del pintor almeriense. En uno de sus lienzos aparece el Cristo de la Buena Muerte escoltado grotescamente por un sacerdote castrense, dos legionarios barrigudos y la cabra mascota del Tercio Gran Capitán. “No podemos permitir que nuestro Cristo de la Buena Muerte, ni tampoco la Legión Española, sirvan para esta clase de insultos. El Cristo de la Buena Muerte ha sido venerado por miles de legionarios que dejaron su vida por España. Es el símbolo más sagrado de la Legión y de sus caballeros”, señalaron los reunidos.
Según el mismo diario melillense, los legionarios conminaron a las autoridades a que tomen cartas en el asunto “por las buenas o por las malas”. “No estamos amenazando a nadie, pero nos están insultando y riéndose de todos nosotros, los legionarios vivos y los que murieron, y esto ha sobrepasado todas las barreras. El comandante general, Álvaro de la Peña Cuesta, debe intervenir de inmediato e impedir que el pintor Andrés García Ibáñez exponga en Melilla”, señalaron al periodista.
Norteafrica.com agrega que los legionarios instaron al jefe militar de la ciudad a que, en caso de que la exposición se celebre finalmente, presente una queja oficial tanto al presidente de Melilla, Juan José Imbroda, como al Ministerio de Defensa.
Por último, los legionarios indicaron que, si el comandante general rehúsa las obligaciones que el honor le exige, “estaría haciendo un flaco favor a la Legión, a los legionarios y al arma de Infantería”, del que forma parte el alto mando castrense.