Los liberales polacos atacan al Cardenal
José Luis Orella. Por desgracia, tras el duelo, ha llegado el fétido olor de las elecciones. Stefan Niesiolowski, flamante nuevo presidente del Sejm (Parlamento polaco), miembro del partido liberal Plataforma cívica, ha sido uno de los encargados de enlodar el ambiente político polaco, al comunicar de forma pública su crítica al entierro del presidente polaco en la catedral de Wawel. En la catedral están enterrados los reyes polacos, los presidentes de la 1ª república del periodo de entreguerras y los poetas que marcaron la resurrección del espíritu nacional polaco en el siglo XIX. El cardenal arzobispo de Cracovia, Stanisjaw Dziwisz, es el responsable como metropolitano del lugar de aceptar, ofrecer o rehusar el enterramiento del último presidente polaco. Los méritos de Lech Kaczsynski quedaron demostrados por una vida dedicada a la lucha por la libertad contra el totalitarismo comunista desde Solidaridad, después al ejercicio de la política en cargos públicos, donde como alcalde, diputado, ministro y después en la máxima magistratura del país, demostró estar al servicio de los demás, y fue fiel en restaurar Polonia socialmente sobre los principios morales de sus raíces católicas.
Resulta increíble que los miembros de Plataforma Cívica, que no se vieron tan afectados por el accidente aéreo, ya que fueron en la delegación del presidente del gobierno, Donald Tusk, la semana anterior al suceso, hayan iniciado un ataque premeditado contra la familia dolorida del presidente, y contra el propio cardenal Dziwisz, antiguo secretario personal de Juan Pablo II. Tal comportamiento demostrado por los liberales muestra una escasa altura moral entre sus principales dirigentes, obsesionados con que se les pueda escapar una victoria que les parecía segura. Dejen que Polonia entierre a sus héroes, y que sus ciudadanos recuperen la memoria de lo que son, como luz de Europa.