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Diario YA


 

Carta abierta a Durao Barroso y otros responsables políticos

Los médicos alertan a la UE de los efectos de los recortes

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Uno de los logros más significativos en las políticas sociales y sanitarias internacionales fue el reconocimiento de que todas las políticas públicas deben tener en cuenta sus posibles consecuencias sobre el bienestar individual y comunitario:

  • El Tratado Europeo de Maastricht aprobado en 1992 declaró que "los requisitos de protección de la salud formarán parte constituyente de las demás políticas comunitarias.”
  • La “cláusula social” del Tratado de Lisboa (2007) requiere que “en la definición y aplicación de sus políticas y actividades, la Unión deberá tener en cuenta las exigencias vinculadas a la promoción de un alto nivel de empleo, la garantía de una protección social adecuada, la lucha contra la exclusión social y un alto nivel de educación, formación y protección de la salud humana”.
  • El Libro Blanco de la Comisión Europea “Juntos por la salud: un planteamiento estratégico para la UE 2008‐2013(2007)”, establece como uno de sus principios básicos el de la "salud en todas las políticas". En la Conferencia Europea de la Salud (2008) de la OMS, todos sus Estados miembros adoptaron la carta de Tallin donde se afirmaba que "los Ministerios de Sanidad deberán promover que se incluya la salud en todas las políticas...".
  • Los principios políticos europeos aprobados oficialmente exigen que todas las políticas públicas tengan en cuenta su impacto en la salud y que se estudien y se consideren seriamente opciones alternativas que minimicen los efectos negativos en la salud. Esto no está ocurriendo en Grecia, Irlanda, Portugal y España.

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Desde 2008 muchos países europeos han experimentado una crisis financiera, económica y social de creciente intensidad y consecuencias sociales y sanitarias de gran alcance.

La crisis actual es el resultado de un complejo conjunto de factores:

La crisis se inició en los mercados financieros internacionales;

  • se expandió debido a las bien identificadas debilidades de la arquitectura del Euro;
  • se hizo más amenazante debido a la falta de anticipación y respuesta tardía a sus
  • efectos;
  • ha producido consecuencias más graves en los países más vulnerables, como consecuencia de sus deficiencias tanto inmediatas como estructurales.Carta Abierta a los líderes políticos europeos y autoridades sanitarias Enero 2013

Un amplio sector de la comunidad de estos países no ha contribuido a esta crisis ni se ha beneficiado de sus orígenes de ninguna manera, pero está sufriendo sus consecuencias de lleno.

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Se han aprobado decisiones de importancia crítica para la economía y para los sistemas de protección social de varios países, especialmente durante los últimos dos años, por la CE, el BCE, el FMI y los gobiernos nacionales.

No hay constancia de que, al tomar estas decisiones, se hayan considerado debidamente otras alternativas que tuvieran en cuenta una evaluación objetiva de su impacto sanitario, como se exigía claramente en los principios mencionados anteriormente.

Tal descuido es inaceptable.

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Las crisis sociales y económicas de la magnitud que se están viviendo actualmente en muchos países europeos tienen conocidas consecuencias para la salud:

  • pérdida de autoestima y depresión
  • aumento de conductas de riesgo tanto en términos de adicciones como de factores de riesgo de enfermedades crónicas;
  • mayores obstáculos para el uso de los servicios sanitarios;
  • empeoramiento de las condiciones laborales para los profesionales sanitarios.

Se está privando a los servicios públicos de los fondos necesarios para funcionar adecuadamente, a la vez que aumentan las necesidades sanitarias de la comunidad.

Esto es lo que está pasando ahora mismo: un sufrimiento humano mayor y más profundo, un incremento del número de situaciones que desafían nuestra ética y los principios básicos de dignidad humana.

El deterioro de los sistemas de salud, así como la emigración de los más cualificados entre los jóvenes, el desempleo de larga duración y unas menores tasas de fertilidad probablemente tendrán consecuencias a largo plazo, lo que afectará a las generaciones futuras.

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Una de las consecuencias más notables de no haber previsto el posible impacto sobre la salud de muchas de las decisiones económicas que se han tomado es la falta de sistemas adecuados de control para estos efectos negativos de las crisis socioeconómicas y la ausencia de una respuesta eficaz y oportuna a estos efectos adversos, tanto a nivel local como nacional e internacional.

Esto es lamentable

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Los firmantes de esta carta abierta hacen un llamamiento a las autoridades sanitarias internacionales y nacionales para:

  • asumir los principios con los que ellos mismos se han comprometido, defendiendo la protección y la promoción de la salud dentro de la gobernanza europea y nacional;
  • asegurarse de que la toma de conciencia de los efectos sobe la salud de las decisiones financieras y económicas adoptadas en los últimos años se materialice en una rápida revisión de las decisiones, con el fin de prevenir urgentemente un mayor deterioro de la salud y de los servicios sanitarios en nuestras comunidades;
  • actuar de inmediato para minimizar los efectos de la crisis ya observados;
  • movilizarse y orientar hacia el bien común el extraordinario potencial de la inteligencia, el conocimiento y la innovación de las sociedades actuales, en lugar de socavar la capacidad del sistema sanitario para evolucionar, transformarse, funcionar mejor, estar más centrado en el ciudadano y responder a los retos actuales y futuros.

Enero de 2013