Los Papas y el cambio climático
En estos tiempos dominados por el populismo y la demagogia sobre el llamado cambio climático, para casi todos ocasión de pobreza y para otros un oportunidad para grandes ganancias, es más necesario que nunca escuchar al Papa Francisco, que como los grandes profetas habla en nombre de Dios, sobre este gran riesgo que corre la sociedad del futuro la extinción de nuestro mundo tal como lo conocemos por la ambición de los poderosos.
Hace algunos años que apareció la encíclica del Papa LAUDATO si, mi Signore, (Seas alabado mi Señor) fue recibida con notable aceptación por los medios especializados. Hoy casi olvidada por prejuicios ideológicos y políticos contra la Iglesia Católica cuya doctrina sobre el Cambio Climático, tal como ha sido expuesta por los grandes papa Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI es muy importante y de plena actualidad.
El Papa Francisco presentaba en la encíclica una visión del problema del Cambio Climático crítica y esperanzada. El Papa hacia una advertencia clara para entablar diálogo sobre el modo como se está construyendo el futuro del planeta. Afirmaba: necesitamos una conversión que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. El movimiento ecológico mundial ya ha recorrido un largo y rico, y ha generado numerosas agrupaciones ciudadanas que ayudan a la concientización. Pero el Papa ya entonces denunciaba, que muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de la solución, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos, afirma el Papa Francisco, una solidaridad universal nueva. Todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la Creación. Pensar que con sólo más tecnología y con más economía se van a solucionar los problemas que ellas producen en el cambio climático es un grave error. Así hablando de la globalización del paradigma tecnocrático afirma que este paradigma tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política. La economía asume todo desarrollo tecnológico en función del interés, sin prestar atención a eventuales consecuencias para el ser humano. Ante hechos tan graves el papa Francisco propone una educación y espiritualidad ecológica para reorientar el rumbo ante el desastre ecológico. Hace falta la conciencia de un origen común, una pertenencia mutua y un futuro compartido por todos. El Papa propone a San Francisco de Asís como modelo de una sana relación con lo creado, basado en el respeto de la obra creadora de Dios que no puede ser objeto de explotación por los más fuertes para su enriquecimiento y poder a costa de someter a los más débiles a todo un cúmulo de desgracias y males.
Fidel García Martínez