El tabaquismo es una de las adicciones más comunes y devastadoras en todo el mundo. A pesar de ser conocido por sus efectos perjudiciales, millones de personas siguen fumando debido al alto poder adictivo de la nicotina. Mientras más rápido adoptes un tratamiento para dejar de fumar, más años de vida sumarás a tu futuro. Conoce más acerca de esta condición y los hábitos que puedes seguir para eliminarla por completo.
Síntomas del tabaquismo
A diferencia de otras adicciones, los síntomas del tabaquismo son fácilmente identificables. En primer lugar, cabe destacar que los cigarrillos no tienen ningún beneficio para la salud, y aunque sea con moderación, su consumo es dañino para los órganos internos.
El primer signo de adicción es el consumo diario. Cuando fumar un cigarrillo se ha convertido en parte de tu rutina, estás en la puerta de la adicción, ya que, en situaciones de estrés, este consumo será susceptible a aumentar.
Por otro lado, un adicto al tabaco suele sentir abstinencia, ya sea en forma de necesidad de fumar después de comer o antes de dormir. Por último, siempre alega poder dejar el tabaco cuando lo desee, pero nunca lo hace y cuando se lo propone y vuelve a recaer a las semanas o meses.
Riesgos para la salud
El tabaquismo está asociado a una amplia variedad de enfermedades y condiciones. Las personas creen que solo afecta a los pulmones, desarrollando cáncer, EPOC y fibrosis, entre otros. Sin embargo, el tabaco también provoca enfermedades cardiovasculares, como infartos y accidents cerebrovasculares (ACV). Además, los fumadores tienen un riesgo mucho mayor de padecer enfermedades gástricas, impotencia sexual e inmunodeficiencia.
Por otro lado, la adicción a la nicotina altera el sistema nervioso central, afectando el estado de ánimo y la salud mental. Los fumadores pueden experimentar ansiedad, depresión y estrés, que a menudo se ven agravados por la dependencia del tabaco.
La peor parte es que el humo no solo afecta al consumidor activo, sino también al pasivo, es decir, a quien respira el humo. Por esa razón, convivir con una persona fumadora también implica riesgos para la salud de terceros.
Tratamientos más efectivos
Existen diversas opciones de tratamiento para quienes desean dejar de fumar. Los enfoques pueden incluir terapias de reemplazo de nicotina, que ayudan a reducir los síntomas de abstinencia al proporcionar nicotina sin los riesgos del tabaco. Estas pueden ser en forma de parches, chicles o inhaladores.
Además, la terapia conductual es otra opción muy popular. Este tipo de tratamiento se centra en cambiar los hábitos y comportamientos asociados con el fumar, además de profundizar en los problemas psicológicos de la persona que la llevan al consumo. Por ejemplo, mascar chicle, comer manzanas por sus propiedades relajantes y diuréticas, hacer ejercicio, etc.
Por último, es importante señalar que los beneficios de eliminar esta adicción se notan casi de inmediato. Solo una semana después de haber dejado el cigarrillo, la presión arterial y la capacidad respiratoria mejoran. Si bien las primeras semanas o meses pueden ser difíciles por la abstinencia, una vez superada esta etapa, se percibe una sensación de bienestar y salud generalizada.