Los sindicatos también hacen el trabajo sucio en Italia
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Redacción Madrid. 13 de febrero. Miles de trabajadores se manifestaron hoy en Roma contra la política económica del Gobierno que dirige Silvio Berlusconi y para reivindicar "más derechos, trabajo, justicia social y respeto a la Constitución", según proclamó el secretario general del sindicato mayoritario Cgil, Guglielmo Epifani.
Como suele ocurrir en estas ocasiones, fue difícil precisar el número de manifestantes, que según los sindicatos fueron unos 700.000, mientras que para la Policía local, se quedaron en unos 50.000. La manifestación se unió a la huelga realizada por los trabajadores de la administración pública y del sector siderúrgico.
Los trabajadores invadieron las calles de la capital portando banderas y pancartas en las que se leían consignas contra la precariedad laboral y se pedía al Gobierno que demuestre su apoyo a los sectores de trabajadores más afectados por la crisis. Una de las pancartas, por ejemplo, proclamaba "si el cielo hubiera considerado la riqueza como algo precioso no la habría entregado a un sinvergüenza", en alusión a Berlusconi.
En medio de la protesta llegó la noticia de las declaraciones de 'Il Cavaliere', que por primera vez desde que empezó la crisis económica, admitió que su Gobierno está preocupado por las dimensiones que podría alcanzar.
"Es la primera vez que el 'premier' expresa preocupación por la crisis", aseguró Epifani, añadiendo que su sindicato seguirá "promoviendo protestas" y, "huelga tras huelga, conseguirá que el Gobierno cambie su política".
Aun con todo, la manifestación no contó con otro de los principales sindicatos mayoritarios, la Cisl, cuyo líder, Raffaele Bonanni, acusó a Epifani de haber abandonado la unidad entre los sindicatos por razones políticas, en su intento por "reestructurar la izquierda" y no por motivos sindicales.
Ante estas críticas, Epifani pidió a Bonanni que reconozca el verdadero significado de esta iniciativa, que es "un empujón para que el Gobierno se decida a afrontar la crisis de verdad". De hecho, no hay que olvidar que la huelga es "un sacrificio, una pérdida de salario", por lo que pidió "más respeto por las decisiones de los demás".