Redacción Madrid. 11 de noviembre. Los colectivos de taxistas de varias localidades chinas han decidido sumarse a la iniciativa que tuvieron los conductores de la ciudad de Chongqing la semana pasada y también se han puesto es huelga para exigir una mejora de sus condiciones laborales.

   El parón se inició en Chongqing (centro) el lunes pasado y atrajo a la mayor parte de los 9.000 conductores de la ciudad hasta que un par de días más tarde el Ayuntamiento acordó tomar medidas para aumentar el suministro del combustible utilizado por los taxistas así como su porcentaje de beneficios.

   Los buenos resultados de la huelga han hecho que también recurran a ella los conductores de la ciudad de Sanya, en la isla tropical de Hainan, y los de la comarca de Yongdeng, en la provincia de Gansu (noroeste).

   En Sanya, un centenar de taxistas han iniciado hoy su segundo día de protestas frente al edificio gubernamental, exigiendo una intervención contra los taxis piratas, la reducción del alquiler que se les obliga a pagar por el taxi y el derecho a crear una asociación propia para defender sus derechos.

   Según la agencia oficial Xinhua, Sanya, que vive básicamente del turismo, estaba hoy desierta de taxis. El responsable de Transporte local aseguró que se iba a aumentar el servicio de autobuses públicos para suplir la demanda, mientras que la Policía señaló estar tomando medidas para evitar los piquetes violentos que, presuntamente, destrozaron los coches de 15 conductores que no participaron en la huelga.

   La ciudad cuenta con 1.200 taxis, propiedad de seis empresas que los alquilan a los conductores. El Ayuntamiento, según los taxistas, autorizó a principios de año la reducción del alquiler mensual de 7.200 a 5.300 yuanes (de 825 a 607 euros), pero las empresas aún no han aplicado la rebaja.

   Mientras, en Yongdeng, 160 de los 280 taxis autorizados se han puesto en huelga para protestar por los alrededor de 700 coches que ofrecen idénticos servicios de forma ilegal. De acuerdo con las autoridades locales, no obstante, los movilizados ya han aceptado volver al trabajo a cambio de que se tomen medidas para acabar con los taxis piratas.