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Diario YA


 

El Cristianismo responde a los desafíos de la modernidad porque el corazón del hombre encuentra plena satisfacción

Más de 800.000 visitantes en el Meeting de Rimini

Agencias

El XXXI Meeting para la Amistad entre los Pueblos concluye como un signo tangible que ejemplifica el desafío lanzado por el Santo Padre: “Testimoniad en nuestro tiempo que las grandes cosas que anhela el corazón del hombre se encuentran en Dios”.

El lema “Esa naturaleza que nos empuja a desear cosas grandes es el corazón” se ha convertido en una hipótesis real para afrontar cualquier cuestión: una hipótesis para los 3.193 voluntarios llegados de toda Italia y de otros 20 países más, que en esta edición, como en las treinta anteriores, han ofrecido su trabajo para la construcción de una obra cuyo ideal está encarnado; una hipótesis para los casi 800.000 visitantes de 29 nacionalidades diferentes que han participado en más de 130 encuentros, ocho exposiciones y 35 espectáculos. "Ha sido sorprendente ver cómo para muchos invitados de distintos credos, culturas y orígenes el lema del Meeting ha sido el contenido predominante en las intervenciones; no hemos escuchado vuelos fantásticos ni teorías abstractas, sino una lectura real de la propia experiencia a la luz del lema”, afirma la presidenta del Meeting, Emilia Guarnieri.

La presidenta de Irlanda, Mary McAleesse, con un gran testimonio personal, el ministro Frattini, con los líderes de los países donde la libertad religiosa está limitada por ley, el presidente Barroso, la figura más representativa de la Unión Europea, han destacado la vocación internacional del Meeting.

En la semana de Rímini se ha hablado del hombre y de su deseo infinito: el cristianismo, como decía Stefano Alberto en su intervención, es una respuesta “tan imposible de imaginar antes de que sucediera como acontecimiento histórico, como sumamente conveniente en su manifestación libre y totalmente gratuita”, y responde a los desafíos de la modernidad porque, como aseguraba el cardenal Scola, “el deseo integral del hombre, es decir, su corazón, encuentra plena satisfacción”.

El abrazo entre el cardenal Erdö y el metropolita Filaret ha sido quizá el encuentro ecuménico más importante de los últimos años. Como suele ocurrir en el Meeting, suceden encuentros entre hombres y culturas diferentes: la presentación de El sentido religioso de Luigi Giussani en chino, el encuentro entre el monje budista Habukawa, el cardenal Tauran y el imán Oubrou, el diálogo entre el jurista hebreo Weiler y Giuliano Amato, han sido momentos en los que se ha puesto de manifiesto hasta qué punto el corazón del hombre es el punto de partida del diálogo y cómo la religión puede ser un factor de paz y no de violencia.

Las exposiciones (cuatro de ellas realizadas fuera de Italia), visitadas por miles y miles de personas, han tenido, como siempre, un papel fundamental en la documentación del deseo de cosas grandes. Entre ellas, la exposición sobre la crisis, un tema sobre el que hemos hablado mucho. Muchos de los protagonistas del mundo económico han mostrado una curiosidad sincera por lo que sucede en el Meeting y por la experiencia de la que nace y que lo sostiene, documentada en el espacio central del Recinto Ferial, dedicado a la figura de Giussani en el quinto aniversario de su muerte.

Este año han sido particularmente seguidos los encuentros de “testimonio”: Rose y sus chicos africanos, la viuda Coletta y Maria Teresa Landi, Mireille Yoga de Camerún y Fiammetta de Haití, el padre Monacelli y David Frank, han testimoniado cómo ningún poder, ninguna circunstancia, pueden detener el deseo de cada hombre, su naturaleza infinita, propia del hombre de todos los tiempos. En los espectáculos: ha subido al escenario del Meeting Calígula de Camus, interpretado por Stefano Pesce, y se han leído los poemas de Leopardi por Giancarlo Giannini. Otras personalidades que han participado son el arzobispo Martin, los periodistas McGurn y Pansa, los científicos Moro, Nelson y Ferrari, los juristas Snead y Kretzmer.

También ministros y políticos han respondido las preguntas de la gente y han hablado con ellos de los temas y retos del futuro inmediato, dejando a un lado los debates de tertulia televisiva. Han sido muchísimas las personalidades del mundo eclesiástico, político, económico y cultural que han llegado como invitados y han vivido el Meeting, visitado las exposiciones, asistido a los espectáculos, participado en los encuentros, observado aquello que sucedía.

“El Meeting ha sido un éxito –continúa la presidenta del Meeting- porque ha despertado la exigencia de volver a encontrar una mirada positiva hacia la realidad, y ha sido una propuesta para la necesidad de cambio y recuperación de la vida social; ha sido la ocasión para verificar que, a partir de un punto inoxidable que despierta lo humano, se encuentran personas y realidades humanas que ponen al hombre en condiciones de atravesar con seguridad la tempestad continua de la vida, sin depender de las circunstancias”.

Por eso, el lema del Meeting 2011, que se celebrará del 21 al 27 de agosto, será: “Y la existencia se convierte en una certeza inmensa”.