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Diario YA


 

España se ha convertido en un gigantesco teatro de guiñol

Méndez y Toxo, “perro ladrador, poco mordedor”

Miguel Massanet Bosch. Lo cierto es, señores, que España se ha convertido en un gigantesco teatro de guiñol en el que los espectadores somos todos los ciudadanos de a pie y, los muñecos que actúan en el escenario se mueven, gesticulan, e interpretan al son que les imprime quien maneja, desde el bag-stage, los hilos  que les dan vida, que los hace actuar a su antojo, operándolos a su libre arbitrio, según le convenga que representen una astracanada, que interpreten un drama o, si fuere preciso, se atrevan con una ópera bufa; todo con el único objeto de que la audiencia, que contempla el espectáculo desde las localidades de “gallinero” ( no hay dinero para ocupar las caras plateas) se mueva, sienta, se alegre, se entristezca o experimente el dolor de la situación, en el momento preciso en que le convenga al maestro de ceremonias, que lo supervisa todo. Como son personas avispadas ya habrán adivinado que, a quien me estoy refiriendo es a nuestro presidente, el señor Rodriguez Zapatero. Y digo esto porque, si nos molestamos en analizar los acontecimientos de estos últimos días, veremos que todos siguen una línea “rasputinesca”, que cada pieza se enlaza con la anterior y que, los acontecimientos, han seguido la deriva que le interesaba a nuestro inefable señor ZP. Porque, veamos si somos capaces de seguir la secuencia de los hechos: ¿Quiénes fueron los primeros que anunciaron la huelga de funcionarios? Sin duda el CSIF, el sindicato de la Función Pública, el que representa a los funcionarios; y, ¿quiénes fueron los que, cuando se dieron cuenta de que la huelga iba en serio, se entrometieron para tomar el mando de la operación? Sin duda los sindicatos UGT y CC.OO o sea, los señores Méndez y F.Toxo (un conocido medio digital los califica de Yogui y Bubu, los famosos osos de los dibujos animados). Y, ahora, les recuerdo otra situación anterior, que puede ayudarnos a explicar lo que ocurrió; ¿quiénes fueron los dos sindicatos que fueron llamados a la Moncloa, que entraron en ella como basiliscos y, después de entrevistarse con ZP, salieron más suaves que un guante y con 16 millones de euros en sus bolsillos? Sin duda, los señores Méndez y Fernández Toxo.
 

El guión de este drama, porque no se lo puede calificar de otro modo, es muy sencillo para quien es capaz de bucear en la enrevesada mente de ZP. Tenemos 4’6 millones de parado y la cuenta sigue aumentando; estamos en una situación económica lindante con la quiebra soberana; desde Europa nos aprietan las clavijas de modo que, el PSOE de ZP, ha tenido que renunciar a sus primeros proyectos sociales; no hay posibilidad de colocar nuestra Deuda y ya está rondando los 217 puntos básicos por sobre la alemana; hay  grandes posibilidades de que la caldera a presión donde se contienen las quejas de los sin trabajo y de los que se ven en condiciones de penuria, estas que intentan contener los grandes sindicatos, vendidos al Ejecutivo, llegue un momento en que pueda explotar, si no encuentra un cauce por donde poder manifestar su disgusto con el Gobierno, una situación que aterra a ZP. Solución de emergencia: primero se amansa a Méndez que, de momento es quien lleva la batuta, se le dice que si quiere seguir viviendo del cuento, cobrando del Estado y en la poltrona en la que se hace rico, es preciso que se avengan el juego y siga sus directrices. Méndez le pasa el recado a Toxo y, entre los dos, deciden que, si hay que descafeinar la huelga de los funcionarios –un grupo en el que, UGT y CC.OO, no están muy bien vistos –, lo que hay que hacer es fingir que se adhieren a la protesta de los funcionarios, convertirse en los promotores de la huelga y, al mismo tiempo, actuar entre bastidores para que los funcionarios no acudan a ella, de modo que fracase; como en realidad ha sucedido.¿Desde cuándo ha sido un freno para el trabajador el perder un jornal para reivindicar un derecho? Pues ésta es la excusa que han esgrimido todos aquellos que han sido interrogados por los medios de comunicación, La otra excusa, la más generalizada, que no se quería hacerle el caldo gordo a UGT y .OO. Todo cuadra, la estrategia surtió efecto.

 La cara de ogro irritado del señor Méndez, despotricando en la calle sobre la política que “Bruselas, o sea Europa, le imponía al Gobierno”, no contra el mismo, sino como advertencia para que no se deje intimidar por los mercados financieros. Los sindicatos no iban a consentir que se perjudicara a los trabajadores y que, si ello ocurriera, se convocaría una huelga general. Algo curioso porque, según los mismos sindicatos, la huelga general ya debía haber tenido lugar el mismo día en que celebraban la suya los funcionarios, el 8 de junio. Pero sigamos, ahora nos enteramos de que el Gobierno y el señor Méndez han acordado posponer la huelga general ¿cómo se entiende esto?, ¿dónde se ha visto que la parte perjudicada por una huelga se ponga de acuerdo para decidir el día en el que ha de tener lugar? Lo que sucede normalmente es que, el perjudicado por la huelga, se opone con todos los medios a su alcance a que tenga lugar y, sólo cuando es irremediable y no hay otra solución, se transige con ella ¡porque no tiene más remedio y porque la ley ampara a los trabajadores que la convocan!

 ZP ha conseguido lo que quería ¡ganar tiempo! Si se rompen las negociaciones podrá presentar su plan, ¿por qué, si lo tenía desde hace tiempo, no lo presentó hace un mes, o dos, y ha permitido que empresarios y sindicatos perdieran el tiempo conociendo la dificultad de que, ambas partes, se puedan poner de acuerdo? Ahora le preocupa poder decir a los que le presionan desde Bruselas, el BCE y Alemania, o la vigilante Merkel, (que ya ha dicho que se acabaron los despilfarros y ha predicado con el ejemplo); que ya ha llevado a cabo la reforma del mercado de trabajo ¿será de verdad una reforma efectiva? ¡No importa, se trata de ganar tiempo otra vez! La huelga de funcionarios, esta huelga descafeinada, le sirve para argumentar la dificultad que ha tenido para que traguen con la rebaja de sueldo. De paso acusa a Rajoy de no aceptar las reformas que, él mismo le había propuesto. En España, el fracaso de la huelga de funcionarios, le servirá para justificarse ante los suyos, diciéndoles que ahora hay que apretarse el cinturón pero que, en unos meses, volverá a su plan de mejoras sociales.

 Claro que, todo este sibilino plan, tiene un grave peligro. Si el paro no se contiene y no lleva trazas de que esto ocurra; si la deuda pública( bonos, obligaciones y letras del tesoro) no se puede colocar porque no haya demanda ( llevamos dos días que cada vez cuesta más hacerlo) o, para hacerlo, se ha de pagar una sobreprima superior al 200% de la deuda alemana; si la UE no se traga la efectividad de los recortes planeados por nuestro Gobierno y exige que haga más para que, el 2011, se haya rebajado nuestro déficit público al 6%; si los parados no pueden cobrar el subsidio o dejan de cobrarlo por agotar el plazo o sigue el goteo de quiebras empresariales, es posible que, aún queriéndolo, los señores Méndez y F.Toxo, sean incapaces de parar la protesta de los afectados y se vean desbordados por las masas, sin poder encauzarla, como parece que tenían previsto de acuerdo con ZP y su Ejecutivo. Si llegara el momento en el que, el Gobierno, agobiado por el déficit y por el endeudamiento (los bancos nacionales ya están saturados de deuda del Estado), no pudiera atender sus compromisos de pago con los inversores; es muy posible que Europa nos expulse de la zona euro. Alemania ya está harta de tener que apechugar con la peor parte, para salvar la moneda europea y ya son muchos los síntomas de que, cada vez más, los alemanes añoran su antigua moneda, el marco. ZP puede hacerse el listo, pero si se pasa, todos vamos a tener que pagar su última astracanada.