Más allá de la vida
Víctor Alvarado
En esta ocasión, Clint Eastwood se atreve con un tema distinto al que nos tiene acostumbrados. Sin embargo, su largometraje se queda en un simple aprobado, resultando muy inferior, sobre todo, si lo comparamos con sus tres anteriores trabajos: No nos olvidamos de la agridulce, pero esperanzadora, El intercambio (2008). No se nos borra de la mente la conversión católica de su personaje en Gran Torino (2009), ni tampoco del intento de cerrar las heridas de la Sudáfrica del Apartheid por parte de Nelson Mandela en Invictus (2010).
El argumento de historias cruzadas gira entorno a tres personajes. Matt Damon interpreta a un experto en parapsicología que posee el verdadero don, que le permite hablar con los muertos, para ayudar a sus parientes vivos. La actriz Cécile De France representa el papel de una periodista que, tras un tsunami, sufre una experiencia cercana a la muerte, mientras que un niño trata de buscar una respuesta positiva que responda a la muerte de un familiar cercano.
La cinta en cuestión poseía todos los ingredientes para ser un éxito, pues la producen dos de los mejores cineastas de los últimos años como Steven Spielberg y el propio director de Más allá de la vida (2010) junto al guionista Peter Morgan [The Queen (2006) y El desafío-Frost contra Nixon (2008)], que también es el libretista de dicha obra cinematográfica.
No obstante, pensamos que le sobran algunos minutos y carece del ritmo adecuado para enganchar al espectados, centrándose en exceso en las experiencia cercanas a la muerte, sin profundizar en los sentimientos de los protagonistas, tratándolo de rodear de teorías científicas en las que apoyarse, aunque se apunta muy levemente el tema de la trascendencia, pero, desde la óptica de un Dios impersonal y en un concepto universal muy general. Por esa razón, este relato nos transmite una gran sensación de frialdad, algo impropio del cine de este realizador.
El final, bajo mi humilde punto de vista y que, por supuesto no les vamos a desvelar, resulta muy acertado y nos regala un toque mágico muy especial, estando rodado con sencillez, así como el diálogo en una escena desarrollada en una escuela de cocina, mientras se escucha de fondo una de las piezas más intensas y conocidas de la historia de la música, que explica la fase inicial del enamoramiento
Por último, no se pierdan la interpretación de Matt Damon, la mirada de Cécile De France y el espectacular arranque del largometraje, que el fondo trata de transmitir cierta esperanza en otra vida.