María Auxiliadora es “la Virgen de los tiempos difíciles”.
Tiene sus orígenes en Ucrania (Rusia) cuando se dio este nombre a María en el año 1030 por liberarles de la invasión de tribus paganas. Además, en el año 1558 ya figuraba en las letanías que se recitaban en el santuario de Loreto, en Italia.
La advocación “María Auxilio de los Cristianos” comienza en el siglo XVI. Cuando los turcos trataban de invadir Europa, los aliados cristianos, en clara desventaja numérica, hicieron una ‘cruzada’ de rezo del rosario. Finalmente, la flota naval de Juan de Austria venció a las naves turcas el 7 de Octubre del 1571 en Lepanto. El papa San Pío V consagra ese día a Santa María de la Victoria y del Rosario, y se difunde la invocación “María Auxiliadora de los Cristianos”.
En el siglo XVII, se suceden las revueltas tanto religiosas como sociales surgidas a raíz del movimiento protestante. En 1618 estallan las “guerras de los 30 años”. En ese tiempo, a pesar de la guerra religiosa y de la peste, los católicos de Baviera y del Tirol se renovaron espiritualmente. Este movimiento mariano tuvo como guías a los Padre Capuchinos y a la Cofradía de María Auxiliadora.
Esto, unido a los nuevos ataques turcos, origina una intensa invocación a María para solicitar su ayuda. Los turcos sitian Viena y el Papa Inocencio XI invocó la ayuda de María Auxiliadora por todas las regiones de Austria y Alemania. Y, una vez más, en el año 1683, el resultado es la victoria para los cristianos y la liberación de Viena.
También las actuaciones de Napoleón en contra de los Papas Pío VI, quien murió en el destierro, y de Pío VII, que fue víctima personal de la ambición y el orgullo napoleónico, hicieron necesaria una intensa invocación a María. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Napoleón fue derrotado en Rusia primero y a su vuelta después. Así, Pío VII pudo regresar a Roma después de 5 años de prisión en Francia, el 24 de mayo de 1814, fecha que el Papa instituyó como fiesta de María Auxiliadora como acción de gracias a Nuestra Señora.
Los cristianos acuden a la Madre del Señor cuando la necesitan y se encuentran en apuros, y ella les devuelve la libertad.
Igual que sucedió con Karol Wojtyla, la vida de Don Bosco, el maravilloso educador de la juventud pobre y sin recursos, estuvo marcada desde su infancia por la fuerte presencia de María en su vida. En un sueño a los 9 años, vio a una señora, Pastora, a quien Jesús le confió: “Yo te daré la Maestra”.
En sus primeros años de sacerdocio, Don Bosco presentaba la figura de María Inmaculada como icono de una vida íntegra y limpia. Más tarde, en 1862, posiblemente después de otros sueños, comenta que “La Virgen quiere que la honremos con el título de ‘Auxiliadora’: los tiempos que corren son tan difíciles, que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana”. Se refería a la unificación de Italia, cuando muchos obispos eran desterrados y los conventos se cerraban, pasando las propiedades de la Iglesia al estado italiano. Don Bosco dedicó su vida a defender la fe cristiana del pueblo sencillo cantando y difundiendo la devoción a María Auxiliadora, de tal modo que se la llamó “La Virgen de Don Bosco”.
María Auxiliadora en México (1889)
También en México, Edith Borrel, que formaba parte del Círculo Católico Mexicano, originó el primer grupo de cooperadores Salesianos en la ciudad de México el 22 de junio de 1889, donde existía una labor de carácter salesiano: difusión de la buena prensa, educación cristiana de los niños, jóvenes y del pueblo sencillo, organización de actos cultos especialmente a Jesús Sacramento y a María Auxiliadora.
“María Auxiliadora” es más que una ‘devoción’, un modelo: “Estrella de la Nueva Evangelización”, invitándonos y acompañándonos a recorrer ágilmente los nuevos caminos que requieran el anuncio de Cristo a nuestra generación.
Oración de Súplica
Santísima Virgen, Madre de Dios, yo aunque indigno pecador postrado a vuestros pies en presencia de Dios omnipotente os ofrezco este mi corazón con todos sus afectos. A vos lo consagro y quiero que sea siempre vuestro y de vuestro hijo Jesús.
Aceptad esta humilde oferta vos que siempre habéis sido la auxiliadora del pueblo cristiano.
Oh María, refugio de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.
Reina de los cielos, en vuestras manos pongo mi causa. Se bien que en los casos desesperados se muestra más potente vuestra misericordia y nada puede resistir a vuestro poder. Alcanzadme Madre mía la gracia que os pido si es del agrado de mi Dios y Señor. Amén.
Novena de María Auxiliadora (Propagada por San Juan Bosco)
1. Rezad durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".
El cristiano ora al Señor y también a la que es su Auxiliadora
2. Recibid los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
El cristiano vive unido a Cristo, a la Auxiliadora de los cristianos y a la Iglesia por los Sacramentos.
3. Os recomiendo que prometáis vuestro donativo o vuestro trabajo personal para sostener obras de apostolado, preferentemente salesianas.
El cristiano, siente que la Auxiliadora le anima a ser apóstol y a sostener las obras de apostolado de la Iglesia de Cristo.
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