Marcado por el 11-S
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Redacción Madrid. 16 de enero. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se despidió este jueves del país en el tradicional mensaje a la Nación en el que aseguró que su vida "nunca fue igual" después de los atentados terroristas del 11 de septiembre y que desde entonces no dejó de trabajar para garantizar la seguridad del país.
"Con el paso de los años, la mayoría de los estadounidenses pudieron volver a sus vidas tal como eran antes del 11-S. Pero yo nunca pude. Cada mañana recibí informes de las amenazas que se cernían sobre nuestro país y en todo este tiempo he intentado hacer todo lo que ha estado en mi mano para mantener seguro el país", afirmó en su último mensaje antes de entregar el mando a Barack Obama.
En un mensaje televisado de unos 15 minutos de duración, aseguró que esta mañana sus pensamientos volvieron a la primera noche que ofreció un mensaje a la Nación desde la sala este de la Casa Blanca "después de que los terroristas acabaran con 3.000 vidas inocentes" en el peor ataque contra Estados Unidos desde Pearl Harbor.
El presidente explicó que desde los atentados, en los últimos siete años se creó un nuevo Departamento de Seguridad Interior, se transformaron los servicios de inteligencia, el FBI y las Fuerzas Armadas, y el país se equipó con nuevas tecnología para monitorear los movimientos de los terroristas, congelar sus activos financieros y romper sus complots.
Bush reconoció que en estos momentos hay un debate "legítimo" sobre algunas de las decisiones que tuvo que adoptar durante su administración aunque dijo que "no hay ninguna duda" sobre sus resultados. "Estados Unidos ha pasado los últimos siete años sin otro atentado terrorista en nuestro territorio", indicó.
Sin embargo, aseguró que Estados Unidos se ha dedicado en estos años a promover por el mundo los Derechos Humanos, así como la dignidad del ser humano, "acompañando" a los disidentes y a las jóvenes democracias, en un intento por "guiar al mundo en nueva era en la que la libertad pertenezca a todas las naciones.
En otro orden de cosas, aprovechó también para desear "el mayor de los éxitos" al próximo inquilino de la Casa Blanca, de quien aseguró que su historia personal "refleja a la perfección" lo que significa la consecución del sueño americano. "Dentro de cinco días el mundo será testigo de la vitalidad de nuestra democracia", indicó el todavía presidente.
Bush, que goza de los peores índices de popularidad de todo su mandato y que las encuestas dicen que será recordado como uno de los peores mandatarios de la historia, tuvo palabras de gratitud para el pueblo estadounidense por haber confiado en él los últimos ocho años y agradeció también los gestos de "coraje, generosidad y fortaleza" de los que fue testigo durante sus dos mandatos.