El grupo de más de setenta subsaharianos --todos ellos anglófonos-- que asaltaron el paso fronterizo de Beni-Enzar el pasado sábado de madrugada acababan de llegar al lado marroquí de la frontera y no habían acampado previamente en en las innmediaciones, como suele ocurrir, a veces durante meses. Otros grupos, que pernoctan en los montes próximos a la frontera han sido disueltos por la Gendarmería marroquí después de los dos asaltos del pasado fin de semana, informaron a Europa Press fuentes de la lucha contra la inmigración ilegal.       Hace semanas, Oujda, localidad fronteriza con Argelia y que por eso da nombre a una de las rutas que escogen las mafias para conducir a los subsaharianos a España, acogía a una bolsa de hasta 900 subsaharianos, que sin embargo ya no se ven deambulando por la localidad más oriental de Marruecos. Este era el núcleo más importante de ilegales dispuestos a cruzar, aunque grupos menos numerosos, que no alcanzaban el medio centenar, se repartían por otras ciudades próximas a la frontera con España.      El control policial por parte de Marruecos de las bolsas de subsaharianos unido al refuerzo de la valla --se dobló la altura y se la precedió de la sirga tridimensional-- acabaron prácticamente con los asaltos al perímetros.       Los expertos de Policía y Guardia Civil en la lucha contra la inmigración ilegal descartan que avalanchas sobre la frontera de Beni Enzar, en Melilla, como las dos ocurridas el pasado fin de semana por parte de grupos de subsaharianos, se vayan a repetir hasta convertirse en un nuevo método para alcanzar territorio español.       Los expertos achacan a "una relajación puntual" de las Fuerzas de Seguridad marroquíes el primer asalto de los inmigrantes. Con todo, dos de los subsaharianos fueron detenidos por los policías marroquíes durante el primer asalto, en la madrugada del domingo. El despiste fue subsanado en parte durante la noche del domingo, cuando otro grupo intentó utilizar el mismo método para cruzar la frontera y Marruecos alertó a las autoridades españolas de la avalancha, lo que permitió cerrar la verja a tiempo y que los gendarmes marroquíes detuviesen a 28 subsaharianos.    OCHO SUBSAHARIANOS EN EL CETI.      De la primera avalancha, un total de 55 fueron expulsados 'en caliente' por Policía y Guardia Civil y que una veintena lograron cruzar la frontera sin que hayan sido localizados todavía. En el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla permanecen ocho de los integrantes del grupo que protagonizó el primer asalto al paso fronterizo.       Después de que la doble valla se convirtiera en prácticamente infranqueable, el último intento de salto masivo en Melilla se remonta a la Nochebuena de 2006. Hasta este fin de semana los indocumentados sólo tenían la opción de ir ocultos en dobles fondos de vehículo o cruzar a nado la distancia de un kilómetro que separa el puerto de Beni-Enzar. Por esta aduana cruzan a diario 30.000 personas y 6.000 vehículos.