Martín Villa propone dar título nobiliario a Manuel Azaña
Redacción Madrid. 1 de diciembre.
El ex vicepresidente del Gobierno Rodolfo Martín Villa abogó hoy por "dejar las cosas como están" en lo que se refiere a la recuperación de la memoria histórica, aunque reconoció que es necesario dar sepultura a todos los muertos e incluso reconocer con títulos nobiliarios a los presidentes de la segunda república Niceto Alcalá Zamora y Manuel Azaña o al poeta Antonio Machado, así como enterrar los cuerpos de estos dos últimos en España.
Martín Villa hizo esta propuesta en el Foro de la Nueva Sociedad, organizado por Nueva Economía Fórum. En su reflexión sobre la Ley de la Memoria y el proceso que se sigue en la Audiencia Nacional, el ex dirigente con la UCD se preguntó si "la verdadera paz" entre los dos bandos de la Guerra Civil requeriría que sean enterrados en España los jefes del Estado que se encuentran en suelo extranjero e incluso que se les concedan los títulos de duque de Azaña y duque de Alcalá Zamora por el Rey.
Sobre la paradoja de conceder títulos nobiliarios a dos republicanos, Martín Villa dijo que "no es malo que los republicanos tengan títulos", al igual que no se dejó en "manos de los monárquicos de toda la vida traer la monarquía, porque sabe Dios qué hubiera sucedido".
En esta misma línea, sugirió que un poeta reconocido como Antonio Machado, que está enterrado en Francia a "tiro de piedra", sea repatriado y homenajeado como "marqués de los Campos de Castilla".
Sin embargo, puso en duda la idoneidad de "ensalzar a los perseguidos y encarcelados" de una dictadura que "fue dura y cruel", pero que en algunos casos "fueron verdugos" antes de ser víctimas. En esta misma línea, insistió también en que si se realizara una "condena de aquella dictadura dura y cruel, habría que hacer lo mismo con los gobernantes de la República". Martín Villa se refirió en este punto en concreto al dirigente del PCE Santiago Carrillo, al que acusó de "desmesura".
ESPÍRITU DE LA TRANSICIÓN
Para el ex vicepresidente del Gobierno, el proceso de recuperación de la memoria histórica afecta "a lo que fue el espíritu de la transición" y aunque no dudó de que "la intención del Gobierno sea buena" con la ley, apuntó que algunos de sus correligionarios del PP sospechan que el único objetivo de este proceso es poner al partido conservador en "un terreno en el que se muevan con dificultades".
Martín Villa insistió en que las cosas deberían haberse hecho "de otra manera". Tras elogiar la Ley de Amnistía de octubre de 1977 --"hija predilecta de la memoria histórica"--, reconoció que mientras haya "un solo muerto sin sepultura", debe trabajarse para resolver esa situación.
En relación con la Iglesia Católica, Martín Villa reprochó a la clase política que "recuerde el exceso de complicidad" de la jerarquía eclesiástica "con el régimen de Franco" y sin embargo, "no se le reconozca los servicios que dio en la Transición".
REFORMAS CONSTITUCIONALES PENDIENTES
En otro orden de cosas, el que fuera vicepresidente del Gobierno con UCD pidió una reforma constitucional sobre educación y para que el Senado sea Cámara territorial. A su juicio, estas son las reformas más urgentes que necesita España, junto con una definición más precisa de la distribución territorial y competencial. En ese sentido, pidió la supresión del artículo 150.2 de la Constitución, que deja abierta la posibilidad del traspaso de nuevas competencias de titularidad estatal a las comunidades autónomas.
En materia de educación, propuso que en todo el territorio se pueda elegir la lengua de la enseñanza y que se recupere la enseñanza de una historia común del país. Además reprochó al Estado que no haya ejercido adecuadamente su labor de inspección en los colegios.
Tras 30 años de democracia, Martín Villa reflexionó que el país recibió "una buena herencia de configuración social de Franco y una muy mala herencia en configuración territorial".
El Estado de las autonomías, al que reconoció ventajas, ha sido también a su juicio el origen de "excesos en los particularismos" y una tendencia a "mirarse demasiado el ombligo" que ha provocado casos de "insolidaridad". En ese sentido rechazó el planteamiento de que son los territorios los que aportan fondos a las arcas del Estado, "son las personas las que pagan y pagan los que más tienen".
En materia de desarrollo autonómico, Martín Villa insistió en que "el acuerdo es factible" y debe basarse en el reparto de las "cargas entre personas y no entre territorios". En ese sentido, dijo que no cabe esperar que el encaje autonómico "tenga soluciones definitivas" y puso como ejemplo a Cataluña con la que "hay que conllevarse procurando algún acuerdo".