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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

Matrimonio y Homosexualidad

Mª Elena Vizcarro Villalonga. No debería extrañar a nadie que la Conferencia Episcopal Española y numerosos obispos en sus diócesis declaren que el llamado matrimonio entre personas del mismo sexo, ni es matrimonio ni puede ser legalizado sin afectar negativamente al bien común de la sociedad española, ya que estas declaraciones responden a la doctrina y a la praxis del depósito de la fe cristiana que los obispos tienen el deber no sólo de custodiar sino de anunciar utilizando el derecho a la libertad de expresión que la Constitución Española garantiza a todos los ciudadanos.

 
Tanto los portavoces del Gobierno como determinados colectivos han considerado estas declaraciones como una ofensa, afirmando que los católicos no pueden pretender imponer al resto de la sociedad lo que es exclusivamente propio de su confesión religiosa. La Iglesia como cualquier otra persona o entidad puede proponer lo que considera verdadero y deseable, que no debe imponerse por la fuerza pero que se propone como algo bueno para todos. 
 
La oposición a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo no es discriminación. No hay discriminación cuando no se le da a una persona los derechos que no le corresponden ( una persona joven no tiene porque sentirse discriminada si se le niega la pensión de la tercera edad) y el matrimonio corresponde por derecho natural a la unión de un hombre con una mujer. Y además una minoría no merece el respeto por ser minoría sino porque sea justa su reivindicación. Y lo que pide esa  minoría – equiparar la unión homosexual al matrimonio- no es justo pues ni tiene los mismos fines (la procreación) ni tiene los mismos componentes ( hombre y mujer).