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Diario YA


 

Con “Paquito Navarro” como compañero

Maxi Grabiel afirma que está en el momento más dulce de su carrera

Pablo González

Sin duda es uno de los momentos más dulces de mi carrera, nunca había ganado dos torneos seguidos y nunca había jugado a este nivel” afirma el jugador de VIBOR-A padel Maxi Grabiel tras sus triunfos en Valencia y San Fernando. A sus 38 años y junto a “Paquito Navarro” cada partido de San Fernando ha sido un paso más hacia ese equilibrio profesional.

Valencia fue un especáculo con un torneo sin ausencias, Gabriel y Navarro fueron sacando su mejor padel para ir ganando a Javier Escalante y Alvaro Cepero (6/3 y 6/4), a Antonio Luque y Raúl Marcos (6/0 y 6/3), a Sanyo Gutierrez y Maxi Sánchez, pareja 3 del mundo (1/6, 6/2 y 6/2), a Pablo Lima y Juan Mieres y finalmente en una final poderosa, vibrante y muy brillante, a la mejor pareja del mundo formada a la mejor pareja de la historia por Fernando Belasteguín y Juan Martín Díaz (6/2, 3/6, 6/3 y 7/5).

San Fernando fue bien diferente, al no contar con la presencia de las parejas Juan Martín-Bela ni Lima-Mieres, las dos primeras del mundo, pero sí con los más clásicos de la temporada como Seba Nerone y Reca, Maxi Sánchez y Sanyo Gutierrez, Matias Díaz y Cristian Gutierrez, Quiles y Gómez Silingo, Allemandii y Lamperti y un largo etc. El partido inicial con contra una pareja que venía de la previa no fue tan sencillo como el resultado señaló (6/1 y 6/2), Juan Manuel Vázquez y Borja Yribarren hicieron que Navarro y Grabiel vieran que la “pista era muy lenta y que el torneo iba a ser tremendamente duro”, comentaba Maxi.

El partidos de octavos fue contra Gerard Company y Rubén Rivera, también una pareja nueva. “Contra Gerard ya había jugado muchas veces, es un gran jugador de derechas que interpreta muy bien el pádel y maneja muy bien los ritmos… Sabíamos que en una pista tan lenta llegaría sus oportunidades” afirmaba Grabiel tras el partido. 6/0 y 6/4, demasiada diferencia entre ambos sets porque Ruben Rivera tardó en meterse en el partido.

El partido contra Aday Santana y Jordi Muñoz prometía un partido igualado, muy igualado. “Salimos a tope con la intención de hacer largos los puntos. Notamos que Jordi no se encontraba muy bien y cargamos el juego a su lado” comentaba tras el partido el jugador de VIBOR-A. Finalmente Muñoz no pudo aguantar y tras el 6/2 inicial se retiraron y provocaron un menor desgaste para el cruce de semifinales contra Lamperti y Allemandi.

Tanto Paquito y Adrián como Lamperti y yo seguimos manteniendo una gran amistad. Era un partido especial para nosotros porque nos encontrábamos en una semifinal”, el morbo lo pusieron las redes sociales y los medios de comunicación, y sobre todo los aficionados para los que sí era el partido del morbo. Partido muy serio de Navarro y Grabiel con un 6-4 y 6-1 muy contundente.

La mejor manera de explicar la final son las propias palabras de Grabiel: “Salimos preparados para estar dentro de la cancha mucho tiempo por el juego que veníamos desarrollando ambas parejas y por la lentitud de la pista. El partido se fue por encima de las cuatro horas, siendo muy igualado en todo momento. Empezamos mejor, llevándonos el primer set por 7-5; en el segundo hubo roturas por todas partes hasta que al final se lo llevaron ellos por 7-5; en el tercero Paco Navarro empezó con problemas en el cuádriceps y tuvimos que pedir fisio. Parecía que estábamos tocados pero mi compañero se recuperó de los calambres y nos llevamos la tercera manga por 7-5; en el cuarto, quien comenzó con problemas fui yo, en el cuádriceps y en el isquio, duro de soportar y tremendamente cansado. Sabíamos que si nos igualaban en el cuarto no íbamos a poder hacer nada en el quinto, así que dimos todo y ganamos el torneo en el tie break de dicha manga con un sabor especial por el sacrificio que hicimos”.

La adaptación de Maxi Grabiel con Paquito Navarro ha sido sorprendente, no es normal sin haber jugado juntos nunca ytener estos resultados. La química dentro y fuera de la pista ha sido bárbara entre los dos. “Sin duda es uno de los momentos más dulces de mi carrera, nunca había ganado dos torneos seguidos y nunca había jugado a este nivel. Es increíble que a mis 38 años pueda estar disfrutando estos momentos” afirma un sonriente Maxi Grabiel.