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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

el mundo está atravesando una crisis económica

Mendez, Toxo, el Gobierno y la Constitución

Pedro Sáez Martínez de Ubago. Últimamente el mundo está atravesando una crisis económica que, en el viejo continente,  parece afectar de forma dura particularmente a España, donde ahora todos los analistas económicos y todos los especuladores tienen puestos sus ojos y que está afectando particularmente a los ciudadanos que hasta hace muy pocos meses, pongamos como mucho dos años, de no ser expertos economistas, analistas de mercados… ni habíamos oído hablar de cosas como “la prima de riesgo”, que hoy son algo tan asiduo en las tertulias de los bares como los últimos fichajes o goles del Madrid o el Barcelona.
Buceando un poco en las hemerotecas, podemos encontrar noticias como ésta que, el 1 de junio de 2010, veíamos en El País “La desconfianza de los inversores sobre la deuda pública española ha llevado a la prima de riesgo del país a marcar un nuevo máximo histórico a primera hora de la mañana en 170 puntos básicos”. Dos años después se mueve entre los 370 y 500 puntos.
Muchos se preguntan qué es esa cosa tan de moda. Aun habiendo múltiples definiciones, por dar una comprensible para quienes, como el firmante, somos profanos en la materia, la prima de riesgo es la diferencia entre el interés que se pide a la deuda emitida por un país cuyos activos tienen mayor riesgo respecto de otro libre de riesgo y con el mismo vencimiento. En el caso de España y del resto de países de la Unión Europea, la prima de riesgo es el sobrecoste que exigen los inversores por comprar los bonos españoles en vez de los alemanes, sobre los que no existe duda en cuanto a su reembolso. Esto supone un mayor beneficio para el inversor a cambio de asumir mayor riesgo y a España, un coste más elevado para obtener financiación. La prima de riesgo española se calcula restando del interés que se paga por los bonos a diez años españoles el interés que se paga por los bonos alemanes en puntos básicos.
Pero yo ayer no me fui a la cama preocupado ni por la prima de riesgo, ni por los recortes, ni la subida de los impuestos, ni la pérdida de poder adquisitivo, ni los 6 millones de parados, ni muchas otras cosas que podían preocuparme. Me fui a la cama preocupado porque, por primera vez, que yo recuerde, estaba más o menos de acuerdo, pero no en radical desacuerdo, con Méndez y Toxo en su afirmación de que "El Gobierno está haciendo inevitable la huelga general".
En efecto, estos dos hipócritas, estos diezmileuristas de francachelas en el Villamagna, que habitualmente se preocupan más de su bienestar y de los intereses de sus organizaciones rayanas con lo mafioso que de los parados de España, de los contratos basura y los empleos precarios, desde que han dejado de percibir sus pingües beneficios por las EREs, en cuya negociación, hasta hace poco eran parte muy interesada, ayer dijeron algo que puede parecer una verdad como un puño. Consideraron necesario responder al hecho de que, en menos de un año, se hayan desandado 35 años de camino constitucional en España, al tomarse medidas como la reforma laboral que, a su juicio, vulneran la Constitución.
No sé si quisieron afirmar que con Franco vivíamos mejor, ni voy a juzgar, pero la matemática dice que, si a 2012 se le restan 35, el resultado es 1977. No es el momento de especular ni perdernos en los libros de historia. Además, desde que tengo memoria y uso de razón, he oído hablar de la crisis energética de 1973 y las sucesivas, hasta que en las elecciones de 2008, un tal Rodríguez negara que en España hubiera ninguna crisis y afirmara que “Estamos en la Champions League de la economía mundial, no estamos en crisis y tenemos la tasa de paro más baja de la historia".
Así, entre 1973 y hoy, recuerdo haber oído aquellos “puedo prometer y prometo”, de Adolfo Suárez; recuerdo los 800.000 puestos de trabajo que iba a crear Felipe González; lo mismo que los beneficios de la entrada de España en el euro (cuando los principales fueron los redondeos al alza y que la burbuja inmobiliaria incrementara un 177% el precio de la vivienda) o el pleno empleo que nos iba a traer José María Aznar.
Y ayer Méndez y Toxo afirmaban que la actitud del Gobierno hace "inevitable" la huelga general ¿Qué se puede criticar a quién condena la actitud de un gobierno como el de Mariano Rajoy que, en los 10 meses que lleva en el poder parece haber puesto su principal interés en desmentir metódicamente, faltando a ellos una por una todos los puntos en que se basaba el programa electoral del Partido Popular y, consiguientemente las promesas hechas por éste a la nación española?
¿Es que unas elecciones no son otra cosa que una patente de corso para mentir, estafar y perjurar compulsivamente por un determinado periodo de tiempo?
Muy grave es la situación y muchas las partes en juego, aunque pueda resumirse en que de un lado estamos los sufridos ciudadanos que cada cuatro años arrojamos unos papelitos llamados votos en unas cajitas llamadas urnas y del otro toda una serie de intereses creados de los partidos políticos, los sindicatos, la patronal, la banca privada y otros entes supranacionales a los que nos vemos sometidos.
Quizá sea el problema esté en que, en realidad, no me fuera a la cama tan de acuerdo con Méndez y Toxo, como pesimista reconociendo que en más de dos siglos no hemos sabido evitar y hemos caído de bruces en la trampa que, allá por 1802, ya previó Thomas Jefferson cuando dijo: “Si el pueblo permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión; primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos de despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron”.