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Diario YA


 

Firmas

Milagro

Fernando Ballesteros. No son los blancos mis colores pero no es por antimadridismo por lo que me chirría todo el aparato mediático que se ha montado en torno al Real Madrid. El paroxismo, el día CR que casi nos lleva a todos por delante. No me refiero a las 80.000 personas en el Bernabeu, ni las colas de espera de quinceañeras y otros cuya gran mayoría, con todos mis respetos, no volverán a pisar el estadio durante la temporada.
 
No, todo eso es diversión y está bien. La gente es llamada a un evento y responde y encima es muy posible que se lo pase bien. Lo que me lleva a la risa y a la verguenza ajena -y un poco propia- es lo de los medios de comunicación y su tratamiento del hecho. Y tampoco hablo del tiempo dedicado, que es discutible, sino de las formas.
 
Ayer, en las tertulias vociferantes de los especiales televisivos y radiofónicos no dejaba uno de escuchar palos al Barcelona y cantos a la ilusión recuperada del madridismo. Esto último presentado como un gran milagro de Florentino Pérez.
 
Me quedo con un par de reflexiones. He escuchado mucho en las últimas horas como esos tertulianos repiten que "el triplete ya no existe" que vaya palo para Laporta y que bla,bla, bla. A estas alturas creo que será inútil pero me permito recordar que si, que el triplete sigue existiendo y que no sólo se ha disfrutado unos días hasta la irrupción de Florentino.
Siempre digo que el éxito es un viaje. En el caso del Barcelona, empezó en agosto y fue un viaje plácido en el que la meta aparecía cada vez más cercana y los paisajes eran preciosos. La última estación de ese viaje, de ese año de celebración llegó en mayo con la final de la Champions, se celebró y ya está. Año maravilloso, con perdón y triplete para el palmarés. Y la próxima temporada es otra historia.
 
Siguiendo con el viaje, el Madrid ha presentado sus medios para hacerlo. El trayecto no ha empezado. Si, tienen un jet privado que riete de "la saeta" pero el vuelo, con el balón rodando comienza en poco más de un mes. Las cosas en su sitio y los pies en el suelo.
 
Y luego está lo de la ilusión. Es muy loable la movilización por Cristiano. Pero también es lógica. Digamos que el acto de ayer no fue precisamente clandestino y secreto. Los tertulianos dicen que es increible que hubiera 80.000 personas sin partido. Hombre, tampoco había partido el sábado en el centro de Madrid y había un millón en la cosa del orgullo. Vamos, que lo de ayer no era un acontecimiento futbolístico queda claro.
 
Pero me pierdo, hablaba de la ilusión. Aquí se pone el acento de lo rápido que se ilusiona la afición blanca y de lo milagroso que es que un presidente recién llegado haya logrado esto en tan poco tiempo y después de lo mal que lo habían pasado en los últimos años.
 
Y claro, pasando por alto el hecho de que el Madrid ha ganado dos de las útimas tres ligas me permitiré recordar que esa ilusión llega con el fichaje de los dos últimos balones de oro y de una inversión de más de 200 millones de euros. Efectivamente es milagroso, con dos cositas, F.P, lo ha conseguido. Es el hombre de las proezas.
 
Tengo ganas de que todo empiece para que, al menos durante noventa minutos a la semana, se callen los del corito.