Mocovici y el CIS presionan a Sánchez
Luis Losada Pescador. Desde que Pedro Sánchez recibe el encargo del Rey de formar gobierno ha engordado algunos kilos. Sonríe más y va de ‘elegido’. Hasta se permite “exigir” a Rajoy que pacte con él las decisiones para frenar el desafío secesionista. “Al menos con quien el Rey ha encargado formar gobierno”, dice. “Y el que peor resultado ha obtenido en la historia del PSOE”, apuntala Susana… Pero él sigue con sus zapatos nuevos. Poco durará la alegría en la casa del pobre. El regalo del Rey está envenenado. Ahora parece priorizar el pacto con Ciudadanos, pero los ‘naranjitos’ exigen que en el acuerdo esté el PP. Así que toca hacer el círculo cuadrado: pasar del “no es no” a sentarse a hablar.
¿Cómo se hace eso después de que el Comité Federal reafirma la vigencia del Pacto del Tinell? Los ‘pedrojotas’ que en España son abogan por un descarte de Rajoy y la abstención del PP. “Es lo que España necesita”. ¿España necesita que gobierne el segundo a 33 diputados del primero? Que alguien me explique la lógica. Algunos escriben sobre su personal biografía… Puede que Rajoy esté dispuesto a ‘hacer un Artur Mas’. Pero sólo para que gobierne el PP. Y todavía no estamos en ese escenario. La segunda alternativa para Sánchez es pactar con Podemos. Pero esta también es compleja porque exige el concurso del PNV e Izquierda Unida y las abstenciones de los nacionalistas. Los ‘barones’ no se sienten cómodos con el pacto.
Los ‘abuelos’ amenazan con pedir la baja del PSOE. Pero lo más importante: a Podemos no le interesa. Sabe que –según el CIS- unas nuevas elecciones le colocarían en el ‘sorpasso’ del PSOE. Así que ya han escrito su carta a los Reyes Magos: el CNI, la Policía y el Ejército. Todo lo social… De momento exigen un precio adelantado: permitir sus cuatro grupos parlamentarios y salir del gallinero. Luego ya veremos. Otros sin abuelas… Y por si no había quedado claro, el comisario europeo de Economía, el socialista francés Pierre Moscovici, recuerda que España debe hacer un ajuste de 20.000 millones de euros este 2016, el equivalente al gasto de personal de todos los ministerios. Casi nada.
Así que Sánchez está emparedado entre los expansionistas del gasto morados, los ajustes de Bruselas y las pésimas perspectivas si se repiten las elecciones. Sánchez lo va a intentar porque no tiene alternativa. Su corredor de la muerte expira el 8 de mayo y su única oportunidad de amnistía es la presidencia. Así que para él es vida o muerte. El pacto constitucionalista está cegado. Intentará el Frente Popular, preferido por los sindicatos, pero casi imposible.
Mientras tanto, Rajoy se fuma un puro. Y tras el probable fracaso de Sánchez, el gallego ofrecerá sus mejores armas conciliadoras. Algunos habríamos esperado más proactividad. Su “despejada agenda” contrasta demasiado con la hiperactividad del adversario. ¿O es que su verdadera aspiración es la de ex presidente?