Morir solos
Miguel Rivilla San Martín. La conocida artista María Asquerino murió el mismo día en que la atención de la gente y de los medios estaban en otros asuntos. Su cadáver ha estado solo en el Depósito. A diferencia de otros personajes de la farándula o de la vida política y social, no se vio a nadie en el deceso y compañía de la artista.
El contraste es llamativo y se presta a una cruda reflexión que como cristiano me hago en voz alta, pese a que alguien lo preferiría pasar por alto. Si hay un tema tabú en nuestra sociedad y a nivel casi global, es el de la muerte. Nada digamos de lo que hay o no, detrás de la misma. Bastaría ir a cualquier entierro o tanatorio y comprobar los temas de conversación de los acompañantes y deudos del finado. La cruda realidad es que todos moriremos solos, por mucha gente que esté presente en el instante de la muerte.
El gran poeta Bécquer lo dejo expresado en la frase conocida: “Que solos se quedan los muertos”. Nadie lo discute: En el nacer y en el morir todos somos iguales. Los cristianos y creyentes en Jesús, tenemos la certeza de que la muerte no es el final de todo. “Quien cree en El no morirá para siempre”. Esta es la fe, este el verdadero consuelo y compañía que todos desearemos en nuestra vida y que confiamos no haya faltado a la célebre artista y cristiana María Asquerino.D.E.P.