Desde comienzos de este curso académico está activo el portal del Foro Universitario El Escorial (www.forouniversitarioelescorial.com), un lugar de encuentro y debate promovido por un numeroso grupo de universitarios españoles deseosos de incorporar el punto de vista cristiano al debate científico y social, aprovechando las oportunidades que ofrece la red y bajo un estilo estrictamente universitario. Rafael Sánchez Saus, catedrático de Historia Medieval de la U. de Cádiz y exrector de la San Pablo CEU de Madrid, ha sido uno de sus promotores y su primer director.
Ya: Profesor Sánchez Saus, ¿cuándo y por qué surge esta iniciativa?
R.S.S.: Aunque ya había algunos precedentes de la idea, el encuentro de agosto de 2011 del Papa con los universitarios españoles en El Escorial sirvió para animarnos a dar el paso definitivo. El discurso de Benedicto XVI implicaba todo un programa de acción para los universitarios católicos, una concepción de la Universidad y de las relaciones en su seno que debían ser puestas en práctica. Algunos, modestamente, hemos intentado contribuir a ello a través de lo que el Foro representa.
Ya: Con escasas excepciones, la Universidad española se ha constituido en un espacio laico, incluso laicista, en el que la religión ha sido casi del todo excluida. ¿Cómo se ha llegado a esto?
R.S.S.: Ciertamente, en las últimas décadas se ha producido un vaciamiento acelerado de las formas que vinculaban a la Universidad con su indudable raíz y origen cristianos, de modo que cualquier expresión religiosa, incluso las más acendradas en la comunidad, ha sido orillada y, cuando ha sido posible, suprimida. Hay una contaminación de la confusión entre aconfesionalidad del Estado y laicismo militante que tanto daño está haciendo en otras muchas instancias.
Pero lo más grave no es que se supriman ceremonias o capillas sino que, como resultado de la exclusión de lo religioso o su sistemática deformación en toda clase de estudios, toda una generación de universitarios está siendo educada de espaldas por completo a la realidad de lo que la Iglesia ha aportado a la civilización, a la cultura y a la ciencia. Es más, se instala en muchos la idea absurda de que el progreso científico, en cualquier campo, es incompatible con la fe religiosa personal y con sociedades cristianas. Naturalmente, esto provoca un fuerte rechazo del cristianismo que acaba generando episodios de intolerancia como los que empiezan a ser frecuentes.
Ya: Es difícil discutir el papel que en el pasado jugó la Iglesia en la Universidad y en la aparición de la ciencia moderna, pero ¿qué puede aportar hoy el cristianismo a la ciencia y a la propia Universidad?
R.S.S: Benedicto XVI ha escrito textos fantásticos sobre estos temas. Frente a la deriva antihumana de ciertas concepciones científicas, la Iglesia es la gran valedora del hombre y de su dignidad, de la capacidad de la razón para dar cuenta del mundo y guiar los pasos de la misma ciencia, de la necesidad de la unidad del saber para evitar una dispersión que haga imposible la búsqueda de la Verdad. Son posiciones de gran valor intelectual, que serán reconocidas en el futuro como un gran haber de la Iglesia Católica.
Además, los cristianos tenemos la posibilidad de recordar a la Universidad que, ante todo, debe seguir siendo una verdadera comunidad, guiada por el afán de conocimiento y búsqueda de la Verdad. Esto se ha perdido casi por completo en la Universidad española y el resultado es el desorden y la falta de sentido que la caracterizan. Pero los cristianos, si en algo somos expertos, es en la construcción de comunidades. Es lo que llevamos dos mil años haciendo con éxito. Los católicos en la Universidad deben ser capaces de proponer un modelo comunitario viable, a la altura de estos tiempos, que se contraponga al mero juego de intereses personales o de grupo que determina hoy la vida de las universidades. Y eso no es posible sin el ideal de la Caridad como motor de la acción universitaria.
Ya: ¿Qué acogida está teniendo el Foro Universitario El Escorial?
R.S.S.: Los comienzos nunca son fáciles, tampoco en la red, pero en esta ocasión se ha partido de la base que aporta la existencia previa de un equipo de más de cuarenta personas, pertenecientes a una quincena de universidades, que se han comprometido con la idea y aportan su colaboración en la creación de contenidos y en la difusión de la página. Ello nos ha permitido contar desde el primer día con trabajos muy serios e interesantes en las distintas secciones del Foro, así como llegar a gran número de universitarios que, de otra forma, hubieran tardado mucho en saber de nuestra existencia. Por otra parte, es muy de agradecer la ayuda prestada por los servicios de pastoral universitaria de algunas diócesis que han visto en nosotros lo que ciertamente aspiramos a ser: un instrumento de evangelización de la vida universitaria en toda España.
Los que saben de Internet dicen que nuestras cifras de visitas y usuarios están siendo muy buenas, pero es evidente que aún tenemos un largo camino por recorrer hasta convertirnos en parte del utillaje habitual de los universitarios españoles.