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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

No harán falta bombas, señor Pujol, ustedes solos se bastan

Miguel Massanet. La nueva táctica de los nacionalismos, para intentar crear un ambiente “patriótico” en la ciudadanía catalana, utilizando la consigna de que, el Estado español, está dispuesto a utilizar todos los medios, incluso al Ejército, para “oprimir y doblegar por la fuerza de las armas al pueblo catalán”; se centra en repetir muchas veces, en boca de los distintos portavoces del gobierno de Mas, frases numantinas de resistencia “hasta morir” a cualquier intento de aplicar el artículo 8º de la Constitución, para evitar que, los catalanes, se salgan con la suya en su pleito con España para conseguir la independencia. Si el señor Mas ha repetido en varias ocasiones que hoy no valen los cañones y los tanques contra la facultad del pueblo catalán a decidir por si mismo; no se ha quedado atrás el señor Oriol Pujol, este veterinario que aspira a suceder a Mas a la menor oportunidad que se le presente, cuando ha avanzado una cota más en la demencia nacionalista al adoptar el aire épico del célebre Guzmán el Bueno lanzando su puñal dialéctico hacia España al afirmar que a Catalunya no la pararán “ni el Ejercito ni los cañones” 

En realidad pensamos que tendrían una gran alegría si su desafío independentista tuviera una contestación militar puesto que con ello podrían explotar su habitual victimismo y llevarlo, como amenaza el señor Mas, a la internacionalización de un conflicto. Algo difícil si se tiene en cuenta que se trata de un problema de orden interno de España, que deberá ser resuelto por su Gobierno, sin que sea preciso acudir a tales medios extremos porque, señores, antes de llegar a este punto la Constitución tiene otros medios menos truculentos como los previstos en su artículo 155 que, seguramente, si es necesario y esta actitud absurda y desafiante del señor Mas y sus compañeros de equipo no ceja, será la solución que se aplique para poner orden y hacer retornar al redil a esta oveja descarriada que parece empeñada en que acabe pillándolo el lobo.
 
Estos días, a propósito de este tema recurrente que se ha convertido en enojoso y cansino, he tenido ocasión de leer un artículo del escritor Eduardo Goligorsky poniendo en claro lo que, otros, hemos venido comentando respecto a la nueva deriva de La Vanguardia, un periódico anteriormente serio y responsable que, sin embargo, ha entrado a formar parte de toda esta prensa antiespañola que no duda en faltar a la verdad e inventarse las mil patrañas con tal de rendirse a los pies del nacionalismo catalán. El  artículo de este señor, titulado “Adeu Unión Europea”, reproduce una “lista de miedos” que, según Francec-Marc Álvaro, siembran quienes no comparten las teoría separatistas. Dicha lista es la siguiente: Miedo al aislamiento internacional; miedo a la fractura social; miedo a la decadencia económica; miedo a la deslocalización empresarial; miedo a la exclusión cultural; miedo a repetir la tragedia balcánica, miedo al caos y al precipicio. Lo cierto es que no es preciso ni tiene nada de particular que, sin necesidad de l os que nos consideramos españoles de los pies a la cabeza tengamos que esforzarnos en difundir estos miedos; es evidente que la propia realidad del país se va a encargar por si sola de demostrar que no son sólo ataques a la secesión sino que tienen todos los números para convertirse en hechos incontrovertibles. Las empresas importantes ya han advertido de lo que va a ocurrir en caso de progresar el independentismo.
 
En efecto podemos decir, sin temor a equivocarnos, que esta nueva rauxa a favor de separarse de España no es más que el resultado de dos factores determinantes: en primer lugar el de los errores de ZP y los socialistas en su política de apaciguamiento, de cesiones y de colaboración con los nacionalismos, de modo que, cuando se han querido dar cuenta, los nacionalistas ya los tenían cogidos del gaznate donde han hincado sus zarpas hasta que consiguieron arrancar, de un gobierno débil, aquellas prebendas y facultades que les han puesto en la senda del autogobierno, como proceso previo a la independencia; en segundo lugar, a la falta de una actitud enérgica del Gobierno hacia los incumplimientos de la Ley por parte de los sucesivos gobiernos de la Generalitat de forma que, la política de enfrentarse a las leyes españoles, incumplimiento de las sentencias del TC y del Supremo, la abulia e indiferencia de los fiscales encargados de pedir la ejecución de las sentencias y la evidente policitación de organismos como el CGPJ o el propio TC que han antepuesto consideraciones de índole política práctica a lo que debiera haber sido el aplicación estricta de la ley, para impedir que, las sucesivas situaciones de desprecio de la legalidad que han impedido el cumplimiento de las sentencias, contribuyeran a darles una sensación de impunidad a todos aquellos que hoy amenazan con disgregarse de España.
 
Y es que, cuando en Catalunya y el País Vasco se habla, por sus dirigentes separatistas, de “Un estado catalán/vasco, dentro de la CE” no hacen más que crear falsas expectativas a un pueblo en el que existe una predisposición al victimismo, porque le han estado lavando el cerebro con falsas noticias que, en lugar de aceptar que la situación actual de Catalunya no se debe a Madrid ni al resto de comunidades del Estado, sino, simplemente, a la mala gestión del Tripartito; a los despilfarros y malversaciones y desviaciones de fondos que tuvieron lugar durante la pasada legislatura autonómica; una situación a la que, el señor Mas, no ha sabido hacer frente, empeñado en “mantener el fuero” en lugar de buscar medios para buscar apoyos utilizando el clásico “seny” catalán, algo que, al parecer, ya no existe entre visto la forma poco inteligente de comportarse de muchos de sus dirigentes. Ahora, cuando el señor Mas ya tiene que nadar en el mar tempestuoso de su apuesta independentista, sin que vea la ansiada tierra de promisión del apoyo de la UE ( algo a lo que, claramente, ya se les ha dicho por activa y por pasiva, que no) empieza a alargar plazos de lo que debía ser un “inminente” referéndum, para pedir al pueblo catalán que votase: independencia si o independencia no ( ya se habla de 4 años) o habla de que, sin posibilidades de ser aceptada como un miembro más de la CE no se puede avanzar más en una independencia de España, so pena de quedarse como un seta aislada en medio de tierra de nadie.
 
Lo cierto es que “los miedos” que parece que tanto preocupan al señor F.Álvaro y que, a su criterio, no son más que insidias de los “españolistas”; tienen unas bases más seguras de lo que él mimo pueda suponer. A mí se me ocurre que ¿cómo un país que se quiere independizar piensa pagar las pensiones a jubilados y enfermos; pretende dar asistencia sanitaria a los ciudadanos; crear nuevas infraestructuras; pagar el subsidio de paro a sus 600.000 sin trabajo, ayudar a las familias, miles de ellas, en situación de extrema pobreza; sostener a miles de funcionarios y a empleados de cientos de empresas públicas y mantener los servicios públicos; si no dispone de medios para hacerlo? Si hay un endeudamiento de 43.000 millones de euros; si no se pagan las facturas de los proveedores ( las farmacias harán huelga el jueves); si la enseñanza pública está en manos de las izquierdas y los resultados del abandono escolar son más preocupantes y cada vez son más numerosos los buenos estudiantes que tiene que emigrar al extranjero por falta de trabajo ¿ cómo, sin la ayuda de los bancos europeos ( la calificación de la deuda catalana y la de sus bancos está en lo que se llama “bono basura”) sin el apoyo de Bruselas y roto el cordón umbilical con España ¿ van a ser capaces de sacar adelante al país? No, señor Mas, no hacen falta los cañones ni los tanques, ustedes mismo se pondrán la cuerda al cuello. O así lo pienso yo, señores.