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Diario YA


 

No mires para otro lado: ayuda a los niños más necesitados con Música por la Paz

Darse a los demás. Bajo esta premisa arranca cualquier iniciativa que tenga como propósito prestar ayuda a aquellos que, por sus dificultades sociales, no gozan de las mismas oportunidades que la mayoría de los ciudadanos. Es en este lema donde residen los fundamentos de muchas plataformas. Una de ellas es Música por la Paz.

Desde 2013, esta organización española trata de luchar contra una de las situaciones más problemáticas que sufre nuestra sociedad actualmente: la exclusión social infantil. La idea que albergó su concepción fue dar apoyo escolar y alimentos gratuitos a aquellos niños (la mayoría entre 8 y 11 años) inmersos en dicha situación.

La formación de esta plataforma surgió con el objetivo de colaborar en el fomento de la integración de los niños y niñas de distintas culturas a través del arte de la música. Una idea que fue ampliada con el paso del tiempo. Ahora, la finalidad reside en conseguir disminuir las necesidades más básicas, tales como el apoyo escolar y la merienda, además de contribuir con su educación, tratando de infundir valores como el respeto y la integración. A pesar de que la idea fuera concebida para prestar atención a familias con escasos recursos, el proyecto está abierto a todo tipo de gente.

El fundador de tal iniciativa fue un comerciante de Santander llamado Manuel Armada, tras matricular a su hijo en un colegio multicultural de Palma de Mallorca. En él apreció una falta de conexión entre alumnos que lo incentivó a llevar a cabo la creación de un grupo musical que erradicara dicha cuestión. A partir de entonces, la historia sigue su curso.

La apertura del primero de 16 centros existentes hoy día se realizó en Sevilla. La ciudad hispalense fue, de este modo, el primer ladrillo en la edificación de un proyecto que no cesa en la búsqueda de colaboradores que estén dispuestos a tender sus manos en favor de su causa.

Ya van tres años desde su fundación y el valor de su labor ha encontrado respuesta, ya que su expansión se puede ver reflejada en diversos puntos de la geografía española. Así, sus sedes se encuentran, concretamente, en Albacete, Alicante, Almería, Badajoz, Barcelona, Cáceres, Granada, Gijón, La Coruña, Madrid, Murcia, Salamanca, Sevilla, Toledo, Valencia y Vigo.

En la organización de talleres y otras actividades el papel que desempeñan los voluntarios es vital. Estos también participan en el apoyo escolar al grupo de niños. En esta línea, podría decirse que el funcionamiento interno de Música por la Paz es consensuado tanto por los profesores como por los propios infantes. Ambos colectivos se reúnen para acordar la elección de los talleres y actividades a realizar, y de la comida para el horario de merienda.

Los voluntarios suelen tener entre 25 y 30 años y cuentan con un título universitario. De ahí que la exigencia sea uno de los pilares a la hora de buscar y contratar a personas. Éstas tienen que tener el requisito indispensable de saber tratar con niños y conocer bien la materia que van a impartir. Al margen de la enseñanza, hay una serie de personas que tienen la tarea de conseguir financiación, mediante la venta papeletas para participar en sorteos de viajes. Una labor que reúne alrededor de 120 personas para colaborar en el territorio nacional.