NUESTRA SEÑORA A SOR LUCÍA
“Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses en el primer sábado, se confiese, reciban la Sagra Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos, meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de su muerte con las gracias necesarias para su salvación”