Redacción Madrid. 2 de abril. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo ruso, Dmitry Medvedevm, acordaron ayer reanudar las negociaciones sobre la reducción de cabezas nucleares. Se trata de las primeras conversaciones mantenidas entre Moscú y Washington en más de una década y girarán en torno a la reducción de armas nucleares.
Según Obama, antes del encuentro en Londres se reflejaron diferencias clave entre ambos gobiernos, pero también afloró una amplia gama de intereses en común. "Considero que lo que hoy hemos iniciado es un diálogo muy constructivo que nos permitirá trabajar en temas de mutuo interés, como la reducción de armas nucleares y el fortalecimiento de nuestros tratados de no proliferación; la lucha contra el terrorismo y el extremismo, que amenaza a ambos países; nuestro mutuo interés en la estabilidad económica y en el restablecimiento del crecimiento en todo el mundo; nuestro interés común en promover la paz y la estabilidad en zonas como el Medio Oriente", dijo el presidente estadounidense.
En un comunicado conjunto, los dirigentes señalaron que los negociadores de ambos países les comunicarán cualquier progreso en el diálogo en el mes de julio, momento en el que se prevé que el presidente estadounidense viaje a la capital rusa. Además, tanto EE.UU como Rusia se comprometen a promover un nuevo acuerdo sobre control de armas antes de que el actual expire en diciembre. El objetivo, según ambos gobiernos, es reemplazar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START 1, por sus siglas en inglés) por uno que establezca una reducción de armas y todo apunta a que ambas naciones se muestran dispuestas a disminuir su armamento hasta un tercio.
Esta reunión bilateral, paralela al G-20, es la primera señal tangible de un nuevo giro en las relaciones entre Moscú y Washington, impulsado por el gobierno de Obama. Pese a la voluntad de acuerdo de los dos estados históricamente rivales, es evidente que Moscú y Washington no estarán de acuerdo en todos los temas. En concreto, la invasión rusa a Georgia es todavía un asunto que despierta susceptibilidades.
Pero lo cierto es que ambos gobiernos tienen algo que el otro quiere. Estados Unidos necesita la ayuda de Rusia para el establecimiento de rutas de aprovisionamiento hacia Afganistán.
Asimismo, la Casa Blanca también desea la diplomacia rusa para redoblar la presión sobre Irán, país cuyo programa nuclear es polémico para Estados Unidos. Por otra parte, Rusia busca volver a ser percibido como un actor clave en el panorama geopolítico internacional.
También en este sentido se manifestó en las últimas horas el presidente de la República Popular de China, Hu Jintao, quien se reunirá el próximo miércoles con su homólogo norteamericano. Salir de la crisis financiera mundial lo antes posible y establecer un diálogo permanente entre ambos países basado en la confianza, la cooperación y la comprensión mutuas como base de las nuevas relaciones que han de regir el siglo XXI.
Este acercamiento de posturas en busca de los objetivos comunes por parte de potencias hasta ahora distanciadas, con el fondo de una lucha contra el terrorismo internacional que afecta a todos, parece estar abriendo nuevos caminos a la cooperación entre bloques. Francia también se ha lanzado a establecer alianzas con la potencia asiática.