Redacción. Dieciséis personas inocentes han muerto masacradas en Nigeria durante un servicio ofrecido el lunes por la noche.
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Nuevo ataque en Nigeria en una Iglesia del estado de Kogi, en el centro del país, cuando varios hombres armados entraron en el templo de la Vida Más Profunda (Deeper Life Church) en Okene y comenzaron a abrir fuego indiscriminadamente asesinando a 16 personas.
Dieciséis personas inocentes han muerto masacradas en Nigeria durante un servicio ofrecido el lunes por la noche. Un testigo presencial que no quiere ser identificado por temor a las represalias que pudiera haber contra él, ha declarado que vio a cerca de diez hombres armados bloqueando las salidas de la iglesia antes de disparar contra la gente atrapada dentro.
Ser cristiano en Nigeria es muy arriesgado, como se hace patente por la enorme cantidad de violencia que existe en este país contra los católicos. En el mes de julio, las fuerzas de seguridad consiguieron impedir que un presunto suicida detonara un explosivo en otra iglesia de Okene, una localidad a unos 225 km al sur de la capital, Abuja.
Como en Diario Ya se ha denunciado en varias ocasiones, la secta islamista Boko Haram ha atacado varias iglesias este año en Nigeria pero la matanza del lunes fue en una zona más al sur de sus objetivos habituales.
El pasado mes de febrero, Boko Haram se atribuyó una fuga de una prisión en el estado de Kogi con 119 presos liberados. La secta ha llevado a cabo fugas de prisión antes y una de sus principales demandas es la puesta en libertad de sus miembros encarcelados.
Los ataques del grupo están aumentando por toda Nigeria, el mayor productor de petróleo de África. Ciudades en el norte del país y en la capital Abuja han sido golpeadas en los últimos meses por suicidas con bombas, unos ataques que nunca se habían visto en Nigeria hasta el año pasado.
La región costera del sur, desde donde se exportan dos millones de barriles de crudo al día, no se ha visto afectada hasta el momento por la extrema violencia de la secta, que trata de seguir a los talibanes de Afganistán y que suele atacar a altos cargos y lugares de culto para ajustar cuentas con personas que, según la secta, han perjudicado de alguna manera a sus miembros.
El grupo ha matado a centenares de personas este año en su insurgencia contra el gobierno del presidente Goodluck Jonathan. Reivindica un estado islamista dentro de Nigeria, un país de más de 160 millones de habitantes divididos casi en partes iguales entre cristianos y musulmanes.