Obama reabre el debate sobre la inmigración con una reforma legal
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Redacción Madrid. 19 de marzo.
Sin que nadie lo esperara, el presidente de EEUU, Barack Obama, hizo el miércoles dos importantes anuncios: que viajará a México en abril y que promoverá una reforma de las leyes de inmigración en los próximos meses.
La visita a México sigue la línea lógica de la "reaproximación" al socio del sur que Obama ha venido predicando desde que llegó a la Casa Blanca y que empezó antes de que asumiera el cargo con su reunión con el presidente mexicano, Felipe Calderón, en Washington, la primera que tuvo con un jefe de gobierno extranjero.
Pero su deseo de buscar una reforma migratoria en los próximos meses sorprendió incluso a quienes vienen abogando por ella antes de que George W. Bush la planteara en el año 2000.
Hasta ahora el gobierno de Obama no había dejado claro cual sería su política en materia migratoria, una definición que exigían grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes en EE.UU.
Finalmente el tema fue planteado la mañana del miércoles en una reunión entre el presidente y el Grupo de Parlamentarios Hispanos, al final de la cual Obama hizo los anuncios.
Uno de los asistentes a la reunión, el congresista demócrata por Texas, Silvestre Reyes, dijo que "el presidente nos había dicho durante meses que tenía interés en tocar el tema" de la reforma migratoria.
El asunto había quedado archivado en los últimos años debido a la imposibilidad de acercar la reforma "integral" que proponía el presidente George W. Bush y las posiciones de muchos parlamentarios, sobre todo -paradójicamente- los del partido republicano.
Sin embargo, el legislador texano dijo estar confiado en que ahora es un momento más favorable para lograr el cambio de las leyes. "Tenemos esperanzas después de la conversación que tuvimos esta mañana con el presidente. Vamos a hacer todo lo posible. Va a ser difícil, pero vamos a hacer lo posible porque pase", afirmó Reyes.
MIGRACION Y NARCOVIOLENCIA
Pero por estos días México ha cobrado relevancia en la opinión pública debido a la lucha contra el narcotráfico que se desarrolla en la región fronteriza y el "efecto contagio" que está teniendo dentro del territorio estadounidense.
Muchos temen que las noticias sobre la violencia cotidiana pueda hacer de la reforma migratoria un tema impopular para grandes sectores de la población.
En círculos políticos mexicanos confían en que esa percepción se reduzca a medida que se desarrolle la llamada Iniciativa Mérida, un programa del presidente Felipe Calderón para combatir las mafias narcotraficantes, financiado en parte por EEUU.
El secretario de Seguridad Publica de México, Facundo Rojas, de visita en Washington, aseguró que esperan ver los resultados del programa "este mismo año", sobre todo en el número de muertes violentas asociadas al fenómeno en la región fronteriza.
"Sería difícil puntualizar en porcentaje pero va a descender, tenemos estimado que este año va a descender. (...) Ahora hay altos índices de violencia porque los delincuentes están respondiendo a las acciones del gobierno", expresó Rojas.
Rojas consideró que el enfoque que está teniendo el presidente Obama a las relaciones con México es una " oportunidad histórica" para que ambos países resuelvan los problemas bilaterales y en el futuro puedan hablar de temas de desarrollo y asistencia en vez de sólo narcotráfico y migración que dominan la agenda actual.
La reforma migratoria fue una intención expresada al inicio de su gobierno por el presidente George W. Bush, pero se vio frustrada por los cambios en la dinámica política interna y externa que trajeron los atentados de 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
En los últimos años de su segundo período el presidente Bush promovió la discusión de la reforma que finalmente quedó trabada y engavetada en el Congreso. Muchos consideran que con la crisis económica y el aumento del desempleo parte de la opinión pública estadounidense podría objetar el que se regularice la situación de los 12 millones de extranjeros indocumentados que se estima que existen en el país.
En Washington se comenta que el presidente Obama está abriendo muchos frentes de reforma -en salud, en economía, o en seguridad nacional- que le crearan no pocos roces con la oposición republicana y podrían empantanar la marcha del gobierno, enfrascado en negociaciones simultáneas.
Sin embargo, para otros tiene lógica que Obama plantee su agenda desde los primeros días de su gobierno porque cuenta con el capital político para hacerlo y goza de buenos niveles de popularidad para vender sus ideas al electorado.