Manuel Morillo. 8 de Septiembre.
Las elecciones se producen cada cuatro años y nuestro voto está muy condicionado por una oferta oligopolística de los partidos, pero, sin embargo, cada día tenemos en nuestras manos, a la hora de efectuar nuestros gastos, la opción de favorecer unas u otras compañías, que producen bienes de consumo sustitutivos. Esas empresas financian muchas veces asociaciones, fundaciones, partidos, medios, publicidades, etc.. que impulsan cosmovisiones opuestas al orden natural.
Con cada simple compra, sin saberlo, podemos estar reforzando el poderío económico de empresas que subvencionan a los partidos separatistas discriminadores e insolidarios y a sus, en muchas ocasiones, aliados terroristas, a empresas que emplean como "materia prima" los cuerpos sin vida de niños abortados o que apoyan la cultura de la muerte, a empresas que hacen apología de la promiscuidad o de la sodomía y de las aberraciones más repugnantes.
Desde aquí no proponemos una renuncia al consumo con menoscabo de la calidad de vida, sino pequeñas y constantes elecciones alternativas que no perjudican al agente-consumidor y dan muestra de nuestro criterio, raciocinio y libertad.
La única manera de sugerir un cambio a estos capitalistas de la Muerte es la compra inteligente y, en caso de reforzarse cerrilmente en su deletérea determinación, su boicoteo es el mejor placaje en su carrera por la destrucción del orden natural.
Por eso tu elección es fundamental:
En tu bolsillo y en tu voluntad está elegir entre la naturaleza o la degeneración: En la medida en que puedas castiga con tu no consumo los productos de empresas que favorezcan, patrocinen, etc., la degeneración sexual.
En tu bolsillo y en tu voluntad está elegir entre la paz o el terror, y la igualdad o la discriminación, entre los españoles: no seas clientes de entidades financieras, firmas, etc., que apoyan a partidos separatistas insolidarios.
En tu bolsillo y en tu voluntad está elegir entre la vida y la muerte: no matengas relaciones económicas con empresas que se muestran indiferentes o apoyan la cultura de la muerte.
Como ciudadanos responsables y solidarios, debemos aspirar a ser consecuentes con nuestras convicciones morales y éticas, y no debemos desligar éstas de nuestra faceta como consumidores.
Por ello, debemos replantearnos consumir productos y servicios de organizaciones y empresas que sostienen posturas contrarias al orden natural o apoyan organismos que así actúan.
En la sociedad en la que vivimos, de momento y afortunadamente, tenemos la oportunidad, sin que nos cause trastornos ni nos exija especial esfuerzo, de elegir en el mercado entre diversas firmas con productos similares, que sin disminuir nuestra satisfacción, pueden cubrir nuestras necesidades en todos los campos.
Elijamos y NO consumamos productos de empresas que mantengan posturas contrarias al Orden Natural y al Bien Común que de éste deriva.