PACTAR CONTRA EL ESPÍRITU MISMO DE NUESTRA CONSTITUCIÓN
Juan Manuel Alesson
Como es muy grave lo que ha pasado y lo que va a sucedernos a partir de hoy, seré conciso al escribir lo que sienten, piensan y temen hoy una mayoría muy amplia de españoles, en toda la nación.
El actual presidente del Gobierno está pactando con partidos independentistas o separatista su apoyo al próximo gobierno de España; que es una nación con una Constitución, votada democráticamente y reconocida en todo el mundo. Ignoro el tecnicismo o el marco jurídico que podría permitir tal desvarío ético y moral, pero el sentido común más elemental dice que perpetrar esos pactos, que repugnan la conciencia de una amplísima mayoría de españoles, atenta clarísimamente contra el espíritu de nuestra Constitución, porque supone, obviamente, un menoscabo de los derechos y libertades que dicha Constitución salvaguarda, y estos derechos y libertades son, en cualquier Constitución del mundo, sagrados. Para proteger estos derechos que, por ejemplo, reconocen la integridad del territorio de cada nación, los ciudadanos han votado y votan democráticamente sus constituciones en todo el mundo.
Es obvio que el retorcimiento de unos derechos constitucionales hasta el grado que ya hemos visto, y el que se anuncia ahora, ante la mirada atónita de esa amplia mayoría de españoles, solo puede lesionar gravemente sus derechos y sus libertades, y la misma Constitución, porque se atenta contra la soberanía de la nación española. Una España que aprobó esperanzada una Constitución, que supuso el encuentro y hermanamiento definitivo de un pueblo que estaba dividido, y que hoy vuelve a ser dividido y herido en su espíritu, más allá de lo inconcebible. Y esto en ningún país puede revestirse de legalidad, porque no puede ser legal aquello que atenta contra la esencia de su Constitución.