Javier Garcia Isac / Una Hora en Libertad. No creo en las casualidades. Es cierto que existir existe, pero en España y en el ámbito judicial, es harto improbable. He querido dejar pasar algunos días antes de valorar las distintas acciones judiciales llevadas a cabo por algún juez estrella como Santiago Pedraz. No creo ni en la audiencia nacional ni en el tribunal constitucional, creo que lo mejor que podría hacerse con ellos es disolverlos. Tribunales politizados y poco edificantes que lo único que han conseguido es denigrar la profesión de juez. En España tenemos grandísimos profesionales de la justicia, aquellos que no se influir por elementos externos y que trabajan a brazo partido por impartir justicia. Santiago Pedraz no se encuentra entre estos últimos.

Es cierto que en las distancias cortas es un tipo simpático, me atrevería a decir que incluso agradable. En lo profesional me parece detestable, al igual que su amigo el ex juez prevaricador Baltasar Garzón. Nos dicen que la justicia tiene distintas lecturas, el tema es que Santiago Pedraz solo lee en una dirección. No vio delito en los tuits de Guillermo Zapata, se fue a Guatemala a perseguir al octogenario Efraín Ríos Montt, mientras que en España liberaba etarras y terroristas y todo ello, y no tengo ninguna duda, “en la exquisita aplicación de la ley”, claro que se le olvida comentar que esa misma ley le faculta también para lo contrario. En una misma semana tuvimos los papeles de panamá, ya sabemos que el que no sale en esos papeles no es nadie en este país, simplemente no existe. La izquierda está sacando unas conclusiones muy sesgadas de esos papeles, cosa que tampoco nos debe extrañar. Resalta en letras capitulares a todo contrario y omite y esconde a los propios.

Por ahora, los daños colaterales de estos papeles le han costado el puesto al ya Ex Ministro Soria, el cual no tendrá ningún problema en colocarse en alguna empresa semí pública. Creo que Red Eléctrica de España será su próximo destino. Tuvimos la detención de Mario Conde y sus hijos. Mario Conde que paso más de once años en prisión, se enfrenta ahora a una grave acusación. Primero fue por llevarse el dinero de España, ahora por traerlo. También tuvimos la detención de la cúpula de la cúpula del sindicato Manos Limpias y de Ausbanc. No pongo la mano en el fuego por nadie, ni por mí mismo, no sea que me queme, pero no es casualidad nada de lo sucedido las últimas semanas, como que tampoco lo es que sea el Juez Pedraz el encargado de gran parte de llevar la investigación de todo esto.

Los papeles de Panamá son la cortina de humo perfecta para distraer la atención de la política española y la más que previsible próxima campaña electoral. El tema Conde supone un nuevo mazazo al grupo inter economía, que a buen seguro dañara su más que perjudicada imagen. Sean o no verdad las acusaciones, el daño ya está hecho. Atacar a Manos Limpias y Ausbanc es la venganza sobre dos organizaciones que han puesto al descubierto multitud de escándalos y corruptelas.

Es un aviso a navegantes. Que nadie piense que puede quedar impune después de destapar corruptelas en la mismísima casa real, en partidos políticos y organizaciones sindicales, en gobiernos autonómicos, en bancos o en distintas instituciones. Desde este momento estamos huérfanos, no tenemos quien nos defienda, y el que lo haga, debe saber, debe conocer a lo que se arriesga. Vivimos una democracia secuestrada. El pastel se lo reparten los de siempre, y son los de siempre los que se tapan unos a otros. Por lo demás, todo esto forma parte de las páginas más negras de nuestra historia más reciente.