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Diario YA


 

Obama no tiene este tinte rojo que lo podría identificar como defensor de las internacionales comunistas

Pareceres dispares en Europa ¿afectarán a España?

Miguel Massanet Bosch. No puedo menos que percibir un cierto paralelismo, salvando las distancias en cuanto a preparación y calidad intelectual, entre el señor presidente de los EE.UU. de América, señor Barack Obama, y nuestro actual presidente, Rodríguez Zapatero. Es cierto que el señor Obama no tiene este tinte rojo que lo podría identificar como defensor de las internacionales comunistas, que colorea, tan profusamente, a nuestro ZP; pero no se puede negar que también está teniendo ocurrencias que, para aquellos que esperaban que su elección sería el primer paso para darle un vuelco social a la mayor potencia económica del mundo, su popularidad está comenzando a dar muestras de irse difuminando, cuando se están empezando a percatar de que, quizá, pusieron el listón de sus expectativas demasiado alto, al esperar que, el primer presidente de color de los EE.UU, la gran esperanza del cambio  social, catapultada al poder por un voto multirracial – de etnias que se sentían discriminadas dentro de un país que presumía de ser la mayor democracia en el mundo –, iba a poner en la primera línea de su política la cuestión de la inmigración, la mejora de las condiciones de vida de las clases menos favorecidas y el intentar solucionar, de una vez por todas, el tema de la sanidad pública algo que, a través de los distintos gobiernos, nunca había conseguido cuajar debido a que, la gran mayoría de americanos, ya disponían de ella mediante contratos con las aseguradora privadas y, evidentemente, debido al elevado coste que supone, para el Erario público, el poner en marcha un proyecto tan ambicioso.  El señor Obama no ha conseguido avanzar, ni un solo paso, en el escabroso tema de la regularización de los inmigrantes afincados dentro del país – tema que está elevando, cada día más, la tensión de los americanos, que no acaban de ver con buenos ojos la invasión que les está viniendo del sur, a través de la frontera de Méjico; en la que ven una competencia laboral, una nueva cultura que amenaza la tradicional preponderancia de la anglosajona y la introducción de una nueva lengua que ya perciben que puede llegar a poner en peligro la supremacía del inglés en toda la nación –  y los que, cada día, a pesar de la rigurosa vigilancia de la policía de fronteras y de las razias que se llevan a cabo para apresar a los intrusos y devolverlos a su país de origen; siguen llegando

No parece que, según se desprende de su pérdida de popularidad (del 79% de la confianza de los americanos, que recibió cuando fue nombrado presidente; en la actualidad, apenas conserva un 49 % y sigue el descenso), haya colmado las esperanzas de mejorar el paro y, especialmente, en los últimos tiempos en los que la ciudadanía, en un rotundo 62%, se manifiesta preocupada por considerar que “el país está yendo por mal camino”. El caso del vertido de petróleo en el golfo de Méjico, la tarda reacción del Ejecutivo, los escasos resultados de lo métodos utilizados y la aparente impotencia del señor Obama por encontrar una solución al problema; ha irritado a una población acostumbrada a que sus problemas se solucionen con eficacia, prontitud y con los medios adecuados como corresponde a una potencia como los EE.UU. Sin duda este ha sido el particular “Prestige” del señor Obama y que, junto a las drásticas e incisivas declaraciones del general MacChrystal; han sido los detonantes que han conseguido sacar de sus casillas al, aparentemente, imperturbable presidente de los EE.UU. El hecho parece ser que la propia FED no pareced estar convencida de una cercana recuperación y ha rebajado sus previsiones de crecimiento, reconociendo que, en cuanto a los mercados financieros, existen importantes problemas que son un gran obstáculo para su recuperación. Una de las razones que más preocupación causan allende el Atlántico es la crisis de deuda soberana que sufre la zona euro.

En Europa, no parece que las cosas se vean por igual entre todos los componentes de la UE. Vuelve a mascarse una cierta desazón en los mercados cuando son conscientes de que, mientras en Alemania, que ha puesto en marcha una valiente medida de recorte del gasto público de 80.000 millones de euros, no parece que estén de acuerdo con que se sigan prolongando las ayudas a los países con problemas; las aportaciones de euros por entidades como el BCE y el FMI, a los países que no supieron tomar las medidas oportunas para enfrentarse a la crisis y que, ahora, son el principal problema para el euro; por otra pare, el señor Obama y Francia e Inglaterra (que parecen estar dispuestas a constituir su particular frente de presión) parecen partidarios de seguir fomentando el endeudamiento de los países, siguiendo con sus ayudas a los sectores más perjudicados por la recesión, sin  importarles que, cada vez más, vaya creciendo esta nueva burbuja, fomentada por instituciones como la FED, el BCE y el FMI que, en definitiva, son los que contribuyen a la devaluación de las divisas, absorbiendo las “deudas basuras” o “activos tóxicos” procedentes de aquellos países que, como España, van emitiendo deuda, cada vez más costosa y de difícil colocación, para poder refinanciarse ante el constante aumento del gasto público. Como dice la señora Merkel “potenciar el gasto” como propone el señor Obama, sólo contribuirá a un “crecimiento imaginario” lo que, nos llevará a una nueva crisis. El FUNCAS, parece que ya da por supuesto que, España, entrará de nuevo en recesión, lo que no hace más que corroborar un estudio de Ernst & Young, que advierte que: la economía española no crecerá hasta el año 2012; mientras que el PIB caerá, este año, un 0’6% y un 0’2% en  el 2011. El mismo estudio admite que las medidas del Gobierno, al principio causaron buena impresión en los mercados, pero, la forma crítica con la que fueron acogidas en el Congreso y el escaso margen con el que fueron aprobadas, han vuelto a levantar suspicacias respecto al alcance de las mismas, temiéndose que, el Gobierno español, acabe por suavizar posiciones.

Con referencia al desempleo previsto en España, Ernst & Joung, estima que seguirá creciendo en los dos próximos años, calculando que, en el 2011, vamos a tener una tasa del 20’1%. ¿Se parecen estas estimaciones en algo a lo que nos viene vendiendo ZP? Por supuesto que no. Como colofón del informe al que hacemos alusión, se recalca que, si no se hacen las reformas estructurales necesarias, se correrá el riesgo de una larga recesión similar a la del Japón en los años 90.   En este mismo contexto, deberemos hacer alusión a los comentarios del señor gobernador del Banco de España, muy crítico con determinados aspectos de esta reforma laboral que se viene anunciando. Se ha quejado, especialmente, de que se hubiese dejado fuera de la reforma la, más que evidente, necesidad de una reforma de la negociación colectiva y, aunque admitía existir avances en lo referente a la flexibilidad interna y salarial; se quejaba de que se pongan nuevos límites, al menos mientras subsista la crisis, para la contratación temporal. Comenta, el señor Fernández Ordóñez, que las medidas restrictivas del gasto, que afectan a las CC.AA y corporaciones locales “están muy lejos de responder a la reducción radical del gasto público improductivo que nuestra economía necesita”. España debiera estar preparada para que, las fluctuaciones dentro del orden de la CE, los distintos pareceres y sus posibles efectos, no nos cogieran con el pie cambiado y acabáramos por pagar los platos rotos, consecuencia del mal gobierno de los socialistas, que nos ha llevado al estado en el que nos encontramos. Pero nos queda la subida del IVA, cuyos efectos quedan por ver. Tiempo al tiempo.