Peñíscola: una nueva forma de veranear
Miriam Martínez. 11 de Agosto.
Y es que Peñíscola, que en invierno apenas alcanza los 7.000 habitantes, puede llegar en días puntuales de verano a rozar los 150.000, según confirma a Diarioya.es Rafael Suescun, concejal de Turismo de la ciudad. “Somos el municipio turístico después de Benidorm en número de pernoctaciones, de lo cual nos sentimos muy orgullosos, ofrecemos una amplia oferta de actividades durante todo el año para toda la familia en combinación con interesantes visitas al castillo templario y al casco antiguo de la ciudad”. El turismo nacional es el más numeroso, llegando a constituir un 85 % del total de veraneantes, frente a un 15 % de extranjeros. Vascos, aragoneses, catalanes y madrileños son los más decididos a disfrutar de sus más de 5 kilómetros de playa, avaladas con la bandera de calidad europea y a bañarse en sus cristalinas aguas. Las cifras hablan por sí solas, según afirma el concejal, “un 60 % de los visitantes vuelven a Peñíscola durante todo el año, no sólo en verano, presumen además de nuestra ciudad en su lugar de origen. Son nuestra mejor publicidad y trabajamos día a día desde todas las concejalías para que el nivel de calidad sea el exigido por el turista”.
El castillo templario, segundo monumento más visitado de España
No en vano el turista que se acerca a este enclave turístico lo hace movido por una clara inquietud cultural, de lo cual se desprenden cifras asombrosas del interés que mueve el castillo templario, constituyendo el segundo monumento civil más visitado en España después de la Alhambra de Granada. “Este año hemos empezado a recibir visitas incluso de touroperadores extranjeros, que han equiparado Peñíscola al mismo interés cultural y religioso que destinos puntuales en Asia, África o incluso el Vaticano, en Roma”, asegura Suescun. Y es que de las visitas turísticas que recibe la ciudad es rara la persona que no se acerca con asombro a los muros de sillería medieval que sobreviven a más de 700 años de historia. La fortaleza, construida por la orden templaria entre 1294 y 1307 a imagen y semejanza de los castillos de Tierra Santa, ocupa la zona más elevada del peñón entre las murallas de la antigua ciudad de Peñíscola, declarada conjunto histórico-artístico en 1972. Comparte con el Vaticano y el Palacio de los papas de Aviñón el privilegio de haber sido Sede Pontificia, una de las tres que ha habido a lo largo de la historia. Y es que este castillo, declarado Monumento histórico-artístico nacional, fue el refugio de Pedro Martínez de Luna, Benedicto XIII, conocido popularmente como el Papa Luna. Entre sus dependencias inexpugnables buscó en 1411 el refugio que necesitaba después de producirse el Cisma de la Iglesia de Occidente, a partir del cual la Iglesia cristiana de Roma contaba con dos papas que se consideraban legítimos sucesores de Pedro, Bonifacio IX y él mismo. La situación no se resolverá con el tiempo, más aún se enquistará y Benedicto XIII será objetivo en al menos dos ocasiones de un envenenamiento que ponga fin a su idea rebelde de mantenerse en el poder papal. Ninguna surtirá efecto, y Pedro Martínez de Luna morirá a los 96 años.
El castillo, en la actualidad, alberga una exposición temporal sobre la orden de los caballeros templarios, además de ser el lugar donde se celebra el Festival de Música Antigua y representaciones teatrales de alto nivel durante el mes de agosto.
Una tisana para reponer fuerzas
Caminando por las callejuelas del casco antiguo y observando las singulares proporciones de sus originales viviendas, el visitante puede recalar en un singular establecimiento basado en productos en torno a la figura del Papa Luna. Este establecimiento familiar comienza con la andadura del padre del actual propietario, Ángel Doménech, que registró la marca “Papa Luna” y a partir de ahí comienzan a desarrollar dulces, licores y chocolates de producción totalmente artesanal. Tanto es así, y tan fielmente desarrollan su estrategia empresarial en torno al Papa, que, hace un año lanzan al mercado la famosa fórmula de hierbas que idearon para que Benedicto XIII aliviase las llagas que le produjeron los envenenamientos.
La Tisana del Papa Luna se desarrolla a partir de la fórmula original facilitada por el historiador Juan Bautista Simó y por la iniciativa del Patronato de Turismo que les otorga su confianza para iniciar la producción a nivel comercial. “La tisana tiene mucha aceptación entre nuestros clientes, pero desde luego el producto estrella es nuestro licor de Kola, elaborado con la misma fórmula por nuestros abuelos desde 1894, incluso antes de salir al mercado la Coca Cola”, afirma el propietario.
La producción de helados y horchata artesanos son típicamente valencianos
La horchata y Valencia caminan de la mano de una manera inseparable, al igual que la producción de helado artesano, como explica a Diarioya.es el propietario del establecimiento más antiguo que la elabora de una manera totalmente artesanal. Luis Oms nos recibe con un helado en la mano a la vez que explica las diferentes variedades de sabores que han ido desarrollando y la introducción de nuevos productos complementarios que la gente degusta en su establecimiento desde hace más de 50 años. “El pastisset de calabaza amarilla y miel es creación nuestra, al igual que las tortitas del Papa Luna, pero sin lugar a duda lo más vendido es nuestra horchata natural”, afirma satisfecho el propietario. Y a la vista de la fila que se origina delante de los mostradores del establecimiento se podría deducir que la demanda de horchata no entiende de crisis, o que lo hará a partir de septiembre.
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