Pedro y Pablo aprovechan para aplicar comunismo en estado puro: sin prensa, sin Parlamento y sin control presupuestario
Luis Losada Pescador
El BCE anuncia la compra de deuda por 700.000 millones de euros, especialmente en deuda periférica, o sea, Italia y España. “Estamos totalmente preparados para subir la apuesta”, dice Lagarde. Efecto balsámico. Tras el ‘manguerazo’, suben las bolsas y baja la prima.
La laxitud del BCE anima al gobierno a echar mano del manguerazo. De momento, Sánchez pone a Iglesias al mando de las políticas sociales. El ‘Coletas’ anuncia que la era de la austeridad es pasado. Es la hora del bono social, de las ayudas públicas, de la dependencia del Estado. Bienvenidos a Venezuela.
No hay mejor escenario. El pánico está instalado. Y la sobreexposición informativa alimenta la histeria. Conocer que el nuevo protocolo prioriza la esperanza la vida nos llena de congojo por nuestros mayores. Y a los mayores les coloca al borde del infarto. Un caldo de cultivo perfecto para aceptar lo que sea necesario con tal de garantizar la seguridad. ¿Secuestro?, ¿arresto domiciliario? Lo que sea necesario…
Así, el gobierno cierra el Congreso sin que apenas haya lamento. Las criticas en la calle están prohibidas y los juzgados cerrados. El único control al gobierno, el Parlamentario, también cierra sus puertas. La soberanía popular, la democracia, en suspenso por la emergencia. Ante la crisis, más ejecutivo y más dinero.
Y todo eso desde el gobierno. ¿Alguien da más? Ni en sus mejores sueños Iglesia hubiera soñado con un escenario similar. Los periodistas hacen preguntas censuradas por el secretario de Estado de Comunicación sin posibilidad de repreguntar. Y el Congreso no sesiona ni siquiera en versión ‘mini’ por miedo al contagio. Eso sí, Iglesias se salta la cuarentena “para servir al pueblo”. O sea, porque yo lo valgo. El totalitarismo eres tú.
Mientras varios médicos, científicos, investigadores y epidemiólogos están criticando la pasividad del gobierno en los primeros días. Del no pasa nada, a no nos afectará, no será tan grave, no podemos hacer nada, ya es tarde para hacer algo. Ese es el relato en cuatro fases. La manifestación feminista del 8M era prioridad. ¿Se acuerdan de aquello de que “el machismo mata más que el coronavirus”? Pues eso. No olvidar.
En Francia los médicos han denunciado al gobierno por su pasividad. Los médicos españoles están ocupados salvando vidas. Pero cuando esto pase, ¿nadie denunciará la negligencia gubernamental que nos está desangrando en términos de vidas humanas y sangría económica?
Tener a los ‘Picapiedra’ gestionando esta crisis me produce la misma sensación de estar en mitad de un terremoto y que entre un mono con pistolas en el lugar donde me encuentro…
El anzuelo del pescador
Confinamiento geolocalizado. Las teleoperadoras pueden rastrear nuestro movimiento. Pero también pueden rastrear el movimiento colectivo. Y es lo que harán para medir la eficacia del confinamiento y ofrecer al gobierno información por si fuera necesario endurecerlo.
Sacerdotes en primera línea. Mucho se habla de los médicos como héroes de primera línea. No son los únicos. También los sacerdotes están en primera línea confesando y dando la extremaunción a los enfermos y fallecidos. Vaya por ellos mi reconocimiento.
El ejército de salvación. El Ejército se ha desplegado en Cataluña para desinfectar el aeropuerto y el puerto y `para instalar campament9ospara los sin techo. ¿Es invasor quien viene ayudar? Torra -sin embargo- permanece instalado en la deslealtad criticando en el exterior la gestión del gobierno. Sin novedad.