David Romero Díaz. Podemos no es el resultado de un "milagro" de unos meses. Si no le hubieran dado cancha mediática a Pablo Iglesias Intereconomia y 13TV, hubiera aparecido otro líder mesiánico.

Este movimiento se ha fraguado desde el asociacionismo entrando en universidades, barrios, "colectivos desfavorables" (afectados por la hipoteca, inmigrantes, ecologistas, feministas....) .... Parte de un movimiento "indignado" en teoría apolítico y transversal (aunque todos sabemos su transpiración de ideología trotskista).

La única posibilidad para realizar una Contra-Revolución o Revolución Nacional no es partir de "grandes partidos nacionales",  reuniones en hoteles, cenas de hermandad, grandes comicios electorales ...  Tenemos que establecer una doble vía de activismo que surja de las bases, de una parte del pueblo español que no va a permitir que su identidad, valores, tradiciones, su modo de vida ... sea destruido por este Sistema. Al fin y al cabo, en España hay una gran cantidad de españoles que no van a permitir que España se suicide.

ASOCIACIONISMO TOTALIZADOR:

En primer lugar, tiene que establecerse una estrategia asociativa: un combate contra-cultural cuyo objetivo sea la  formación, asistencia social, denuncia de abusos de las instituciones públicas y privadas, la introducción en todos los estamentos sociales: confederaciones de empresarios, estudiantes, profesionales liberales, obreros, artistas, intelectuales, ...

El objetivo es doble:  por un lado crear, movilizar, organizar e impulsar en el pueblo español una conciencia nacional y patriota basada en los valores que soporta nuestra civilización occidental; y, por otro, intentar crear, fomentar, y hacer ver que existe una élite cultural, empresarial, intelectual, obrera nacional en contraposición a las actuales élites marxista-cultural.

En Francia, por ejemplo, hay asociaciones de empresarios patriotas (de pequeños comerciantes); asociaciones de juristas, economistas, estudiantes, obreros .... Incluso fuera de la Iglesia Católica, existe organizaciones católicas como Institute Civitas que se unió a las movilizaciones de la Manif pour tous.

Es necesario una campaña de "nacionalización de las masas" para revertir el trabajo hecho por el marxismo-cultural. *1

MUNICIPALISMO:

Los partidos de las llamadas "Fuerzas Nacionales",  de nuestro "mundillo" han demostrado su inutilidad e inoperatividad. Les gusta gastar miles de euros en campañas absurdas donde solo les votan los que los conocen en el mundillo. El tufo y el estigma les hace imposible de llegar al electorado normal (sujetos no-ideologizados, o sea, nuestros partidos pelean solo con un puñado de votos del entorno).  En conclusión, los partidos social-patriotas, identitarios, pro-vida, unionistas ... compiten por un electorado menor de 100.000 almas en todas España.

Tenemos que apostar en primer lugar por el municipalismo (conseguir concejales y dejarse de autonómicas, nacionales y europeas). Sin 1000 concejales a nivel nacional no se puede saltar a otros comicios. Si unas bases nacionales en pueblos y ciudades es imposible llegar al electorado.

La estrategia municipalista debe ser llevada a cabo con un programa fundamentado en los problemas del municipio: lucha contra la corrupción;  contra los abusos de los ayuntamientos en materia fiscal, urbanística, ...; prioridad nacional, en ayudas sociales y de acceso a servicios públicos; promoción y conservación de la cultura y la identidad regional; protección de la infancia y familia; participación política de las familias entes sociales como asociaciones de vecinos, asociaciones profesionales, de comerciantes en la toma de decisiones ...

Si se va por esta vía, el acceso a concejalías servirá de financiación y conocimiento de la marca (nadie fuera del mundillo conoce nuestras marcas) y de fin de la estigmatización social y mediática que sufrimos (se demostrará que no somos los malvados "ultras" ni los inquisidores católicos teocráticos).

*1(Esto no es nada nuevo, lo ha hecho Podemos y lo hizo el PCE en el régimen de anterior infectando la Iglesia Católica en las Parroquias. Al fin al cabo el primer actor de la Transición fue una parte importante de la Iglesia Católica).