Política: Servir o servirse, esta es la cuestión
Jesús Asensi Vendrell. La teoría es una y la realidad, por desgracia, parece que es otra. Todos sabemos que las personas que se dedican a la política deberían tener una clara vocación de servicio, un deseo constante de mejorar su entorno y la calidad de vida de los que en él viven o, mejor dicho en estos tiempos de crisis, subsisten como bien pueden.
Porque si observamos las poses de nuestros políticos, su actitud ante determinados problemas, su disponibilidad y oportunismo frente a los asuntos que les pueden otorgar rédito político, uno llega a la conclusión de que sólo pretenden una cosa: mantenerse en el poder a toda costa, dejando en un segundo plano eso de servir a la sociedad a la que representan.
Y, visto lo visto, algunos afirmarán que sería una suerte que la clase política sólo aspirara a conservar el poder para imponer sus ideas económicas, sociales, educativas… y, por lo menos, fuera honrada para no enriquecerse de forma ilícita con el dinero del sufrido contribuyente.
Pero olvidan estos románticos que en la vida hay cosas mucho más importantes que el dinero y no me refiero sólo al amor, sino a todo aquello que nos ayuda a ser mejores personas, a ser felices porque nuestro actuar va de la mano del sentido común y de ése saberse hijos de un Padre que nos quiere. Algo que algunos políticos sin escrúpulos están tratando de arrebatarnos, mientras nos llenan el bolsillo con subsidios y el corazón con un hedonismo irracional que adormece.