Redacción. La única cadena de televisión católica que emite en Polonia, Trwam, está viendo como se trata de limitar su transmisión mediante acciones esgrimidas por ciertos grupos políticos e ideológicos dominantes del país, como ha informado mundialmente ZENIT.
Aunque se trata de un hecho muy grave, no ha sido apoyado por los defensores de la libertad de información, llegando incluso a ser publicada en un medio del país la noticia de que “los liberales polacos habrían derrotado a los integristas polacos”.
Parece existir una corriente de cristianofobia en el mundo liberal-radical de los medios, para quien no vale la libertad de prensa ni el pluralismo informativo. Como manifiesta el profesor de comunicación Henry Jenkins, “En el nuevo anti catolicismo permanece el único prejuicio aceptable".
En Polonia, el 19 de diciembre de 2011, el Consejo Nacional de la Radio y la Televisión Polaca (en polaco KRRiT) se negó a conceder al único medio televisivo católico del país, un espacio dentro de la nueva plataforma digital que desde 2013 va a emitir con acceso gratuito.
Como consecuencia, la propietaria del medio católico conocido en Polonia como TV Trwam, a través de la Fundación Lux Veritatis recurre en enero de 2012 esta decisión en el tribunal administrativo de Varsovia.
El 30 de enero de 2012, el partido Derecho y Justicia (PiS) de Jarosław Kaczyński-hermano del presidente Lech Kaczyński, muerto trágicamente en un accidente aéreo-, presenta una moción al Tribunal del Estado y a algunos miembros del KRRiT. Mientras tanto, algunos diputados polacos presentan en el Parlamento Europeo una cuestión a la Comisión Europea, consistente en plantear si se asegura una transparencia en el proceso de asignación de las frecuencias en la plataforma digital y si se respeta en el mercado polaco de los medios el principio de igualdad de los sujetos.
La reacción de la sociedad polaca no se ha hecho esperar, recogiéndose ya más de dos millones de firmas que defienden una petición de protesta contra la decisión adoptada por el KRRiT. Frente a estas protestas populares, los representantes del KRRiT han respondido afirmando que "no cuentan las cartas de protesta", dando de esta manera una pésima imagen internacional y un pésimo ejemplo de un órgano de Estado, que debiendo servir a la sociedad, ignora las voces de millones de ciudadanos.
Sin embargo, muchas organizaciones, entre las que se incluye la Asociación de Periodistas Católicos Polacos defienden el medio católico TV Twram, la que emite en su comunicado que "la negativa a la única televisión católica del espacio en la plataforma digital está en contradicción con los principios del estado democrático: la libertad de palabra, el pluralismo de opinión y la libertad de expresión, el igual acceso para todos a los medios técnicos que permiten expresar las diversas opiniones".
Por su parte, el Episcopado polaco ha preparado un llamamiento a través de su Consejo Permanente, en el que se subraya que la exclusión de una emisora de carácter religioso viola el principio de pluralismo e igualdad ante la ley.
Aunque, hasta el momento, no son suficientes las masivas movilizaciones de los católicos polacos, dado que el KRRiT considera cerrado el caso, todo se verá, puesto que, en ausencia de una respuesta razonable por parte de las autoridades polacas a las protestas ciudadanas, se ha trasladado esta prerrogativa polaca hasta Bruselas, donde el pasado 5 de junio, un grupo de políticos polacos organizó en el Parlamento Europeo el llamado "public hearing", el debate público, cuyo fin era dar a conocer a los parlamentarios y periodistas europeos la historia de la discriminación de la única televisión católica en Polonia.
El principal organizador del debate, el profesor Mirosław Piotrowski, dijo que "el Tratado de Lisboa dio a Polonia también la ciudadanía UE, por lo que los problemas polacos se resuelven no sólo en Polonia, sino también en Europa. La decisión del CRRiT no puede ser sólo un problema local, porque se refiere a los valores fundamentales de la Unión: la cuestión de la libertad de palabra, de pensamiento, de conciencia y la cuestión del pluralismo de los medios, son derechos incluidos en el tratado y también en la cartas de los derechos fundamentales de la UE".
Los parlamentarios de la UE han recordado que la Comisión Europea ha pedido en varias ocasiones a sus países miembros el respeto del pluralismo de los medios que asegure que todos tengan los mismos derechos de funcionar y se respeten unos criterios claros de igualdad en la asignación de las concesiones radio-televisivas.
Esta limitación que existe en la actualidad en Polonia a la libertad de palabra, ha sido denunciada tanto por los políticos como por quienes la han sufrido de una manera directa, esto es, por los periodistas del medio televisivo católico. Así, el periodista Ziemikiewicz, declara que “El pluralismo en los medios en Polonia es una ficción porque desde hace años los ambientes del poder se han asegurado un monopolio que solo ponen a disposición de quienes le apoyan”. El caso de las plataformas digitales es emblemático, ya que curiosamente un gran grupo mediático detenta ya 13 puestos en las plataformas. Los gobernantes polacos no quieren conceder ni siquiera un puesto a la televisión católica que expresa un punto de vista libre e independiente.
Otro periodista polaco, Bronislaw Wildstein, ha subrayado que, aunque la presencia de la TV Trwam no cambiaría los equilibrios de la escena mediática polaca, al menos podría desempeñar un papel saludable para la democracia polaca, porque es la única que "vigila" al poder. No hay democracia si no hay pluralismo de los medios y si tampoco la oposición tiene libre acceso a los medios, entonces la situación se hace preocupante.
En una entrevista realizada por el semanario católico polaco Niedziela (El Domingo) al Padre Tadeusz Rydzyk, director de la televisión católica, Rydzyk subrayó la importancia de la presencia de los medios católicos, poniendo de relieve el encuentro mundial de las familias con Benedicto XVI en Milán. El papa reunió en torno a sí a un millón y medio de personas pero los medios polacos callaron y hablaron de hechos marginales, favoreciendo sólo voces críticas.
Sin embargo, esos mismos medios dieron relevancia y servicios de primera plana a la noticia de la manifestación de cuatro mil homosexuales. Esto es un ejemplo patente de la cristianofobia practicada por los medios.
A pesar del ostracismo al que se ha relegado a la TV Trwam, el padre Rydzyk ve con optimismo el hecho de que la defensa de la única televisión católica en Polonia muestre que en el país hay todavía mucha gente honesta con una conciencia recta y que comprende lo que está en juego.
Mientras en el Parlamento se desarrollaba el debate, en la plaza de Luxemburgo cerca de 500 polacos llegados no sólo de Polonia y de Gran Bretaña, Francia y Suiza, se manifestaban apoyando la TV Trwam, y recordaban los ideales de la Unión Europea: libertad (incluso de los medios), pluralismo y tolerancia. Hay que esperar que la opinión pública europea recuerde a los gobernantes polacos que estos ideales hay que aplicarlos en todos los países de la UE, también en Polonia.
El expresidente polaco Aleksander Kwaśniewski ha manifestado que "Si yo estuviera todavía en el poder, los padres redentoristas (la emisora Radio María y la TV Trwam dependen de la provincia polaca de los redentoristas) habrían obtenido el justo espacio en la plataforma digital. Aunque personalmente no miro la TV Trwam, en la sociedad pluralista también esta TV debería tener su puesto". En este sentido, debería inducir a la reflexión que el exjefe de la juventud comunista y expresidente comunista de Polonia, pueda dar lecciones de democracia a los gobernantes polacos.