Por primera vez en la Iglesia Católica los jóvenes son los destinarios de un sínodo episcopal
Fidel García Martínez
. Por primera vez en la milenaria historia de la Iglesia Católica los jóvenes son los destinarios de un sínodo episcopal para abordar toda su problemática personal: desde vivencias religiosas, hasta sus aspiraciones familiares, vocacionales y profesionales. Se puede afirmar que nunca los jóvenes han tenido un claro protagonismo en la Iglesia Católica hasta que el Papa Francisco ha visto la necesidad de apostar por ellos de forma directa y exigente.
sta atención hacia los jóvenes es muy necesaria en estos tiempos en que los paradigmas juveniles han experimentado en muy poco tiempo cambios profundos. Los tópicos sobre la juventud se ha repetido de forma continuada como la edad de la fuerza, de la pasión, del idealismo del romanticismo y de añoranza, como poetizó el gran Darío; Juventud divino tesoro que de vas para no volver, deben ser repensados. Hoy la realidad de la juventud tiene otros matices y otras exigencias, que exigen nuevas respuestas y nuevas soluciones. Lo jóvenes actuales tiene nuevos interesas y prioridades.
a llamada generación Z (1994-2009) es profundamente digital en su forma de comunicarse, se sirven de varias pantallas a la vez para trabajar y divertirse solos. Han abandonado la galaxia Gutenberg y se encuentra muy gusto en la Steve Jobs que ha puesto el mundo en la palma de la mano y en los dedos. Estos jóvenes como todos quieren cambiar el mundo de progenitores. Su cultura no es analógica sino digital, reciben mucha información y la procesan muy rápido. Prefieren los gráficos a los textos. Son dinámicos, emprendedores y luchadores.
Muchos se comprometen con el voluntariado y buscan un protagonismo dentro de la Iglesia que debe escucharlos más y tener en cuenta sus inquietudes religiosas.
Ante esta juventud actual tan diferente de la anterior la Iglesia se ha comprometido seriamente en escuchar y dar respuesta a sus inquietudes religiosas, morales profesionales y existenciales. El Papa Francisco como antes San Juan Pablo (el gran animador de las jornadas mundiales de la juventud), siente un gran amor por lo jóvenes a quienes siempre le pide dar lo mejor de sí mismos. Por eso los protagonistas del Sínodo de los Obispos son los jóvenes.
Al Papa Francisco: le impresionan las historias personales de los jóvenes, llenas de pasión y de dolor, animadas por los deseos, estimulados por las aspiraciones, marcadas por las caídas, pero también por el deseo de levantarse, para afrontar de manera positiva los desafíos de la vida y correr tras bellos destinos, porque los jóvenes son el presente del mundo y de la Iglesia. Estas son algunas de las palabras que les dirigió durante el encuentro de los jóvenes y los padres sinodales. Porque la Iglesia no debe esperar parada en las sacristías a los jóvenes, sino que debe salir con las nuevas generaciones. Les tiene que ayudar en la búsqueda de Jesucristo y en el discernimiento vocacional.