Portugal precede al cambio en España
José Luis Orella. El Partido socialdemócrata (PSD), a pesar del nombre, formación de ideología liberal, ganó ampliamente las elecciones legislativas que se celebraron el 5 de junio en Portugal. Dirigido por Pedro Passos Coelho, logró el 38,63% de los sufragios y consiguió 105 escaños (un aumento de 24 con respecto al 27 de septiembre de 2009).
El Partido socialista (PS) del Primer ministro saliente José Sócrates llegó en segunda posición con el 28,05% (73 escaños, y una pérdida también de 24 diputados). En tercer lugar se clasificó el Partido popular (PP-CDS), antigua formación democristiana con presencia actual socialcristiana, que está dirigida en la actualidad por Paulo Portas, quien consiguió el 11,74% (24 escaños), el resto de las formaciones parlamentarias fueron la Coalición Partido comunista-Verdes (CDU) de Jeronimo de Sousa, con el 7,94% (16 escaños, con un aumento de un escaño) y el Bloque de izquierdas (BE) de Francisco Louca, el 5,19% (8 escaños, que perdió la mitad de sus escaños). La participación, tradicionalmente débil en Portugal, ascendió al 58,32%. Frente a la grave crisis socioeconómica que atraviesa el país, los portugueses han escogido una alternancia en el poder.
El PSD dispondrá de una mayoría absoluta en la Asamblea de la República, siempre que consiga el apoyo del partido de la derecha, el PP-CDS. Una vez más, el PSD, del cual es militante el actual presidente de la República, Anibal Cavaco Silva, demuestra su poder electoral, gracias a su imagen de buena gerencia económica, pero la coalición con sus socio menor, el PP-CDS es vista como la necesaria regeneración moral que la sociedad portuguesa necesita por los intentos de introducir la ingeniería social de España en Portugal. Aunque la presencia de algunos diputados poco proclives a la causa provida haya sido señalada por los colectivos sociales católicos.