Prefieren a Barrabás
Miguel Rivilla San Martín. Se lo oí a Paloma Gómez Borrero en una de sus crónicas desde Roma, aludiendo a la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo de rechazar los crucifijos en las aulas “por violar el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones y por ir contra la libertad religiosa de los estudiantes”. Decía la conocida periodista que en el Avenire de Italia se publicó una viñeta en la que aparecía Cristo cargado con la cruz, saliendo por la puerta de un centro educativo y poniendo en su boca estas palabras: De nuevo prefieren a Barrabás.
No se puede expresar de modo mejor lo que está pasando en esta Europa empeñada en rechazar sus raíces cristianas. El símbolo universal del amor, la tolerancia y el perdón era borrado, no solo de las paredes, sino de las leyes como ofensa a los Derechos Humanos, de quien había entregado su vida por la libertad de todos los derechos.
Se espera la reacción de los verdaderos cristianos, ante este atropello, y quieran llevar más ostensible que nunca, a Cristo, tanto en su mente, como en sus pechos y corazones.