Redacción. Cerca de Jerusalén (Israel) ha tenido lugar el pasado martes un triste episodio de profanación en el Monasterio de Latrún, que ha sufrido los ataques de varios vándalos que procedieron a quemar la puerta de entrada y a pintar mensajes de odio contra los cristianos.
Entre las pintadas, escritas en hebreo y que insultan a Jesús, figura el nombre de Migrón, la colonia judía compuesta por cerca de 50 familias, que fue evacuada por el ejército y la policía israelí el pasado lunes, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania. Los habitantes de esta colonia, construida sobre tierras privadas palestinas, llevaba seis años de batallas legales contra los propietarios, pero finalmente el Tribunal Supremo trasladó la orden de desalojar la zona para que la tierre pudiera ser devuelta a los dueños.
Aunque el desalojo se realizó sin incidentes, la Policía estaba alerta y manejaba la posibilidad de que tuviera lugar la llamada “política del precio”, consistente en la venganza mediante ataques, a los palestinos y a sus propiedades, cuando las autoridades policiales toman alguna medida contraria al movimiento colonizador.
La Iglesia Católica en Tierra Santa ha condenado el ataque en un comunicado del Patriarca Latino de Jerusalén, monseñor Fouad Twal, en el que se pregunta la razón por la que los cristianos están de nuevo en el punto de mira y denuncia la “enseñanza de desprecio” hacia los cristianos prevalente en la sociedad israelí.
Los monjes de Latrún llevan una vida tranquila dedicada a la oración y al trabajo. Reciben con caridad y afecto a los cientos de israelíes judíos que visitan el monasterio cada semana, y algunos de ellos incluso aprenden hebreo con la intención de favorecer la comprensión mutua y la reconciliación entre judíos y cristianos, como señala la iglesia católica.
Otro incidente de similares características se produjo el pasado mes de febrero, cuando fue profanado el Monasterio de la Cruz de Jerusalén, levantado en el lugar donde según la tradición creció el árbol del que se extrajo la madera para la cruz de Cristo, con una pintada en la que se leía: “Muerte a los cristianos”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, denunció lo sucedido, que calificó en un comunicado de “acto criminal”, antes de asegurar que “sus responsables deben ser severamente castigados”.+