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Diario YA


 

Exigente y discutida debido a sus variadas alternativas

Programación nueva temporada del Real

Luis de Haro Serrano

El director artístico del Real, Gerad Mortier, presentó el pasado miércoles las líneas generales de la próxima temporada artística (2011-2012) del Teatro.

Una temporada exigente y variada, como el mismo ha calificado, en la que abundan alternativas con demasiadas luces y sombras. Una temporada que, a pesar de sus intentos por justificarla, con clara ausencia de lo español, tanto en obras como en intérpretes –solo Plácido Domingo-, porque, para él, “En España hay buenos cantantes pero les falta estilo. Cantan un aria de Verdi como si se tratara de Puccini. Había que crear una Academia para enseñarles”. El sabrá en que se basa porque, a pesar de su tradicional hermetismo, todo el mundo conoce que es una persona firme en sus ideas, que nunca improvisa y se muestra siempre consecuente con lo que dice.

El esquema central del diseño de la temporada 2011-2012 (primera que realiza de forma total de acuerdo con sus ideas sobre la programación del Real) responde a tres grandes líneas de trabajo; “Opera del siglo XX”, “Obras de repertorio menos conocidas”, “apertura de nuevas posibilidades a los jóvenes para asistir a la ópera con facilidad” para lo cual, junto a la gerencia del Teatro, se han preparado diversas acciones.

Una simple ojeada a su contenido nos lleva a la fácil conclusión de que ha huido del repertorio belcantista que tanto agrada a ese público que suele cubrir el aforo de todos los Teatros de Opera. Apartado que representa una inestimable fuente de ingresos para aquellas instituciones que, a diferencia del Real, no dependen tanto de las aportaciones oficiales. Circunstancia que, a juzgar por lo programado, no ha tenido en cuenta al no hacerle la más mínima concesión al espectador.

En “Operas del siglo XX” se encuentran títulos como “Electra” de R. Straus, representada ya en tres ocasiones en el Real, “Pelleas et Melisande” de C. Debussy y “Lady Macbeth de Mtsenk” de D. Shostakovith.

En “Operas de repertorio menos conocidas” aparecen obras como “Cyrano de Bergerac” de Alfano, con Plácido Domingo en el papel de Cyrano”, “I due Figaro” de Mercadante, “La clemencia de Tito” de W.A. Mozart, “Iolanta”, última obra de P.I. Chaikovski y “Perséphone” de I. Stravinsky. En versión de concierto se interpretarán “La finta giardiniera” de Mozart (opera programada en esta modalidad para la pasada temporada pero que por culpa de la huelga de los controladores aéreos no pudo presentarse), “Don Quijote” de Massenet y “Rienzi, de R. Wagner.

La tarea de “abrir nuevos horizontes“ tiene dos caras, la ya mencionada dedicada a la atracción del público joven, con la presentación de “Vida y muerte de Mariana Abramovich” letra de Bob Wilson y la propia Mariana, música de Anthony and the Johnsonss y la participación extraordinaria de Wilhem Defoe, “I due Figaro” de Mercadante, “Popea y Nerón “ en la versión alemana de Philippe Bocsmans, “La coronación de Popea” de C. Monteverdi y “Ainadamar” del argentino Oswaldo Golijov (nacido el 5-12-1960 en La Plata –Argentina-) estrenada en Tanglewood en 2003. Se centra en los personajes de García Lorca y Margarita Xurgú.

En este mismo apartado se enmarca la presentación del ballet “Chorus” realizado sobre idea de Alain Platel con música de Verdi y Wagner.

En el plano de apertura del Real a Europa y al mundo se sitúa un ambicioso proyecto que puede considerarse como un guiño a la dureza con que ha realizado la programación de la temporada al contar con la presencia del gran director ingles Simon Rattle y la Filarmónica de Berlín para, durante tres temporadas continuadas, intrpretar los montajes especiales de “Parsifal” (2013) “Salomé” (2014) y “Carmen” (2015) proyecto realizado con la colaboración del Festival de Pascua de Salzburgo. La presencia del exdirector de la Scala de Milán, Ricardo Muti, para dirigir la opera de Mercadante es otro de los alicientes.

El ballet, como viene siendo habitual, ocupará un espacio preferente con la presencia de los ballet de Moscú y el Nacional de Cuba.

En definitiva, una temporada diseñada con un atractivo repleto de curiosidades al que hay que añadir cierta dosis de excentricidad, con virtudes y defectos a la vez pero, sobre todo, que plantea importantes expectativas y serias dudas al espectador.