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acorta distancias con Obama en el primer debate electoral

Romney: “No quiero que Estados Unidos siga el camino de España"

Tiene una nueva oportunidad de ganar en las Presidenciales 


Diario Ya.  El Republicano Mitt Romney consiguió resurgir de las cenizas en las que se encontraba sumergido desde septiembre pasado, según las encuestas estadounidenses, -y que le situaban a muchos puntos menos de diferencia de su adversario Barack Obama-, logrando una clara victoria en el primer debate presidencial que realizaron en la madrugada del jueves los dos candidatos a la Casa Blanca.
 
Fue un cara a cara televisado y seguido por millones de espectadores en todo el mundo, que tenía como escenario la Universidad de Denver (Estados Unidos) y un tiempo acotado de 90 minutos para la polémica sobre los temas que más preocupan a los norteamericanos en la actualidad: el desempleo, la Sanidad, el déficit público…
 
Romney consiguió captar la atención con serenidad y argumentos claros que dibujaban la ineficiencia del actual Presidente de los Estados Unidos para resolver los problemas económicos de la nación: “Seguir adelante con la situación actual no va a ayudar a los americanos que sufren” asestó el candidato republicano a lo que el demócrata Obama contestó argumentando el rescate de la industria del automóvil y comparando las propuestas de Romney con las realizadas por George W. Bush.
 
La imagen que Romney quiso ofrecer a los norteamericanos era la de una persona con ideas frescas capaces de recuperar la dañada economía estadounidense, alguien cercano que comprende los problemas que sufren los ciudadanos, muy lejos del millonario fuera de la realidad que han estado presentando sus adversarios durante esta campaña. Si bien, Obama no utilizó en ningún momento este recurso fácil, ni se dejó llevar hacia ataques personales. Ni siquiera mencionó las conocidas ‘meteduras de pata’ de su opositor en las últimas semanas. El demócrata adoptó una estrategia distinta, aunque no estableció conexión en ningún momento con el público, tal vez por el tono distante, monocorde y aparentemente poco preparado de su discurso político.
 
Los últimos sondeos apuntan a que, en cuestiones de reducción del déficit público, los ciudadanos estadounidenses confían más en la gestión del ex Gobernador de Massachussets que en Obama, por lo que este último no dudó en culpar del elevado gasto del Estado a una situación heredada de su predecesor, George W. Bush, por lo que se encontró a su llegada a la Casa Blanca “Con dos guerras pagadas a crédito, dos rebajas fiscales no financiadas y una enorme crisis económica”, a lo que Romney replicó que “ no quería que Estados Unidos siguiera los pasos de España” argumento utilizado por Nicolás Sarkozy con poco éxito durante las presidenciales francesas pero que, sin embargo, el republicano ya ha utilizado en más de una ocasión.
 
La próxima cita televisiva será el 16 de octubre en Hempstead (Nueva York) y que precederá al último encuentro anterior a las presidenciales del 22 de octubre en Boca Ratón (Florida).