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Diario YA


 

movimientos polítcos para posicionarse en las próximas elecciones

Rubalcaba no acierta con la táctica adecuada

Miguel Massanet Bosch

Hace un tiempo constatamos un hecho que, a medida que van transcurriendo los días, da la sensación que va adquiriendo cuerpo, como si aquellas primeras impresiones se fueran consolidando. El hecho cierto es que, el señor Alfredo Rubalcaba, el químico, ha entrado en campaña electoral cuando todavía faltan ocho meses para la celebración de las elecciones; si es que, como repite una y otra vez el señor Rodríguez Zapatero, las legislativas van a tener lugar al final de la legislatura, o sea, para marzo del 2012. No obstante, dada la premura con la que el señor vicepresidente se ha puesto a la tarea y las prisas que se le notan a la hora de ir anticipando ideas y actuaciones, se pudiera pensar que no sería tan raro que los comicios se adelantaran al mes de noviembre del corriente año. En todo caso, tendremos que reconocer que, el señor P. Rubalcaba, como parece que quiere que se le conozca desde que ha sido nombrado candidato, nos viene decepcionando bastante desde que se ha despojado de este halo de misterio que siempre acompañaba a sus maquinaciones, este sigilo y esta reserva que siempre han venido caracterizando sus movimientos políticos y esta discreción con la que siempre se manejó a la hora de afrontar asuntos delicados que le pudieran perjudicar a él o a su propio partido. Da la sensación de que toda la magia de nuestro Rasputín del Gobierno le hubiera abandonado y, ahora, cuando se ha convertido en un simple aspirante de carne y hueso, lo vemos en lo que quizá sea su verdadera dimensión intelectual, su catadura como aspirante a dirigente y sus limitaciones como ser humano, al que le resulta imposible disimular su ansia de poder y sus prisas por alcanzarlo.

Lord Chesterfield, estadista y literato inglés del siglo XVIII, tenía palabras poco favorables para aquellos que actuaban con precipitación y así lo dejó escrito en sus famosas Cartas ( correspondencia con su hijo natural) al dejar expresado el siguiente pensamiento: “Un hombre sensato puede sentir prisa, pero nunca precipitación; porque sabe que lo que se hace precipitadamente, siempre sale mal”. Y la verdad es que tenemos la impresión de que, el señor Rubalcaba, se ve ante una gesta, la de recuperar el tiempo perdido y, a la vez, convencer a los que han desertado de su partido, de que el PSOE no está derrotado y es capaz, a pesar de todas las circunstancias adversas que juegan en contra de sus regeneración antes de las próximas legislativas; de superar al PP. Claro que, esta posibilidad, no se la cree ni él pero si, al menos, consiguiera que Rajoy no ganase con mayoría absoluta, una parte de su objetivo quedaría cumplido. Pero, como opina Lord Chestefield, la precipitación resulta ser una mala consejera para aquel que pretende derrotar a un enemigo político que está manejando sus tiempos con bastante habilidad y ante un señor Rajoy que, si por algo se caracteriza, es por su prudencia, a veces excesiva prudencia, a la hora de mostrar sus cartas y en cuanto hace referencia a tomar una decisión que pudiera comprometer la ventaja adquirida.

Resulta muy difícil de entender que, un señor que ha estado permanentemente en un primer papel en la política, que lleva años ocupando cargos destacados en el PSOE, que supo salir ileso del tema de los GAL con Felipe González y que lleva dos legislaturas en el actual Gobierno del señor ZP; con el cargo de ministro primero y con el de vicepresidente primero después; no tenga una visión más clara de la situación en la que se encuentra su partido y en la parte de responsabilidad que le cabe a él mismo en cuanto a la mala situación a la que nos ha conducido el señor ZP y su Ejecutivo. Y, siendo así, ¿Cómo se puede entender que ahora la emprenda contra la banca acusándola de ser la culpable de la situación precaria de España y los españoles, si fueron ellos los que, al principio de la crisis, cubrieron de millones a las entidades financieras y bancarias para que dieran unos créditos a las empresas que nunca llegaron a producirse?, ¿es que el señor Rubalcaba no formaba parte del Gobierno o, acaso, es que no se atrevió a contradecir al señor Zapatero?. Es inimaginable que, en estos momentos, el señor Rubalcaba se crea que puede desprenderse de siete años de formar parte del Ejecutivo, para decir que no quiere saber nada del pasado y que, después de un baño de auto purificación e inclinándose a la izquierda, los que los votaron en el 2004 y el 2008 van a poner su confianza en él, como si nada hubiera pasado, no hubiera casi 5 millones de parados, la economía no estuviera por los suelos y España y sus autonomías no estuvieran endeudadas hasta extremos demasiado peligrosos.

Resulta poco menos que patético tenerle que escuchar al señor vicepresidente o ¿se trata sólo del candidato? –porque, la verdad, ya no sabemos si sus continuos desplazamientos, olvidándose de sus deberes como ministro de Interior, se deben a sus actividades como candidato o si se deben a sus obligaciones como miembro del Gobierno – El que se haya metamorfoseado y, en apariencia, parezca un monje cenobio que se reúne con sus acólitos para sermonearles y darles instrucciones de cómo deben comportarse para alcanzar el Cielo, en su caso, naturalmente, desbancar al PP; nos parece, como menos, un intento baldío de venderse a los electores que, en el mejor de los casos, no entenderán esta política de catacumbas ni verán en ella una forma eficaz de vencer a las derechas. Pero es que, para acabar de crear confusión, el señor Rubalcaba se sale con frases tan difíciles de digerir con aquella en la que, con todo desparpajo, dice: “Sé lo que tenemos que hacer para crear empleo”.y, sin que se le mueva una pestaña, añade: “España está mejor que hace dos años, se vez luz al final del túnel”.

Vamos a ver si somos capaces de centrarnos. Lo primero que se nos ocurre es que si, el señor Rubalcaba, está al tanto de la situación de nuestra nación o si es que sus contactos con ETA y sus preocupaciones por BILDU lo han mantenido alejado de los acontecimientos que nos han llevado a endeudarnos hasta la cejas, a depender de lo que ocurra en Grecia y a ser la nación de Europa que ocupa uno de los últimos lugares en cuanto a posibilidades de superar la crisis. Porque, en caso contrario, no se puede entender que diga que estamos mejor que hace dos años ya que, no existe ningún indicador económico que lo confirme, al contrario, seguimos generando desempleo, los bancos siguen en dificultades, el coste de vida siguen en aumento y las tarifas y costes de combustibles y electricidad van incrementándose, mientras las pensiones y salarios siguen congelados. No, señor Rubalcaba, no es cierto que estemos mejor que hace dos años ni tampoco lo es que se vea la luz al final de túnel, como no sea que se trate del mismo espejismo que padeció la señora Salgado cuando nos habló de los brotes verdes que todavía estamos esperando verlos crecer.

Pero, donde don Alfredo ha pinchado en hueso ha sido cuando nos ha ofrecido sus poderes mágicos para crear empleo. En efecto, un señor que lleva en el gobierno más de 7 años ahora, cuando les ha llegado la menopausia de ideas, nos sale con que tiene la fórmula para ofrecer trabajo a los 5 millones de parados. ¿Y, si lo sabía, por qué se lo calló y no se lo dio a conocer a toda España? o ¿es que quería que la situación llegase a ser insostenible para salir usted y convertirse en el redentor, el mesías esperado? Si fuéramos capaces de tragarnos semejante bulo, si le creyéramos a usted deberíamos demandarle, llevarle ante los tribunales y hacer que lo expulsaran de España por traición al pueblo español. Pero no se preocupe, porque todos sabemos que no es más que una más de sus bravatas. O así es como lo veo yo.